Diagnóstico precoz,  pilar de la salud oral

Diagnóstico precoz,  pilar de la salud oral

Es imposible hablar de salud general si la salud oral está afectada. El cuerpo humano sencillamente es una maquinaria donde los órganos y sistemas están atados entre sí, y junto al factor psicológico, para brindar salud y bienestar a cada individuo.

Se consideran medidas preventivas todas aquellas  dirigidas a evitar o disminuir el efecto negativo propio de cada enfermedad,  sea físico o mental.  Las medidas preventivas varían dependiendo de su magnitud y alcance; sin embargo,  si algo tienen en común todas es que son económicamente  más viables que las paliativas y curativas e implican un compromiso de los diversos sectores de la sociedad:  Estado, profesionales de la salud, escuela y familia.

Las enfermedades orales más comunes son la caries dental y los problemas periodontales, ambas tienen un componente de origen bacteriano y un alto porcentaje de la población mundial las padece, sin importar etnia o clase social. Sencillas medidas de prevención marcan la diferencia en el desarrollo de éstas, que quizás por desconocimiento o falta de voluntad de los sectores responsables, aun siguen causando estragos en la población.

La medida preventiva más importante es inculcar buenos hábitos de higiene oral en los niños, las cuales deben incluir: correcto cepillado, uso de hilo dental y enjuague con flúor,  la forma más efectiva es que ellos lo imiten a usted, es decir, predicar con el ejemplo.

Este proceso debe realizarse al menos tres veces al día,  después de cada comida y antes de acostarse, siendo este último el más importante, ya que el organismo estará inactivo por varias horas y no se realiza el proceso de auto limpieza.

Existen en el mercado infinidad de productos que facilitan esta tarea: cepillos de diversas formas y tamaños  que se acomodan a cada edad y necesidad, pastas dentales y colutorios con  sabores a elegir,  otros que contienen reveladores de placa bacteriana con un pragmatismo impresionante, ya que la tinción  muestra que el cepillado ha sido insuficiente.  El flúor es vital en este proceso  y puede  suministrarse por vía sistémica, como  comprimidos supervisados por el pediatra y odontopediatra;  el agua que se toma es una fuente ideal para este mineral.

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