Diagnóstico y tratamiento

Diagnóstico y tratamiento

En el diagnóstico que permite ver la falta de competitividad de un país, la corrupción siempre aparecerá como  una de las causas principales. Por medios diversos, el manejo insano de los recursos económicos, financieros o normativos corroe las capacidades que permiten desarrollar creatividad en todos los órdenes.  La directora gerente del Banco Mundial, Sri Mulyani Indrawati, afirma  que la corrupción  es uno de los elementos que hace más daño a la calificación de la competitividad en la República Dominicana.

Su afirmación es parte de un diagnóstico que las autoridades del país conocen desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el tratamiento para doblegar esta enfermedad no ha sido lo suficientemente bueno como para que deje de erosionar las bases de la competitividad. Sobornos y extorsión, uso indebido de recursos económicos y de poder, trato discriminatorio y otras prácticas siguen siendo una realidad preocupante.

  El país tiene que trazarse la meta de combatir la corrupción en todas sus vertientes, desde la que se deriva del mal uso de los recursos de poder hasta la que anida en individuos y entidades de la sociedad civil que evaden responsabilidades de todo tipo o son copartícipes en actos reñidos con la ética. La competitividad abre puertas mientras la corrupción las cierra. Tenemos el diagnóstico, es preciso aplicar el tratamiento.

Penalización fiscal muy alta

La fuerte penalización fiscal que se aplica en el país a las telecomunicaciones es difícil de justificar. Se grava como un lujo un servicio al que la vida moderna ha dado condición de primera necesidad.

  Jean Marc Harion, presidente de Orange Dominicana, al agotar un turno en el V Foro de Competitividad de las Américas, afirmó que de todas las filiales que France Telecom posee en el mundo, la que paga los impuestos más altos es la de República Dominicana.

 Telecomunicaciones es un sector reconocido como uno de los que más aporta al PIB del país. También como el de más vertiginoso desarrollo, de más altas inversiones, generador de empleos y motorizador de negocios colaterales relacionados con el ramo.

 No se entiende porqué teniendo tantas  virtudes se ejerce sobre él una presión tributaria  tan fuerte.

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