Diálogo como remedio infalible

Diálogo como remedio infalible

  El  diálogo reafirmó su poder armonizador en tres ámbitos en que las partes mantuvieron intolerancia y rigidez de posiciones. El recurso de la palabra ha llevado a la mesa de negociaciones a los profesores y autoridades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a  los de los planteles públicos y el  Ministerio de Educación, así como a los médicos del hospital Doctor Darío Contreras y las autoridades del Ministerio de Salud Pública. En los dos primeros casos, las demandas salariales de los educadores motivaron paralización docente que perjudicó a estudiantes de los niveles básico y de enseñanza superior. En el tercer caso, el paro en  demandas de mejora de las condiciones del hospital   perjudicó a miles de pacientes.

El hecho de haber convertido los monólogos en diálogos en un marco de tolerancia mutua ha permitido a los profesores universitarios y de enseñanza básica negociar sus demandas salariales, y en el caso de los médicos, sus exigencias de mejores condiciones de trabajo. Hay otros ámbitos en que predominan condiciones dispares y una que otra tozudez. Aspiramos a que el recurso del diálogo logre sus efectos positivos en las negociaciones entre  empleadores, sindicatos y Gobierno por un alza salarial. Como el diálogo no tiene bandera ni idioma, esperamos que Barrick Pueblo Viejo lo incluya entre  sus herramientas  para un trato ético y justo por la explotación del oro de los dominicanos.

Trabajo infantil muy peligroso

Organismos internacionales como la OIT mantienen programas contra toda forma de trabajo infantil. Nuestro país, como signatario, está comprometido a actuar en esa línea, pero en la práctica hay flaquezas evidentes que permiten que niños se dediquen a una de las labores más riesgosas para la salud. Menores de edad son vistos frecuentemente rebuscando en vertederos de basura de los que recolectan hasta alimentos enlatados vencidos, que consumen junto a sus familias.

Los niños dedicados a “bucear” en vertederos de basura se exponen  a múltiples enfermedades debido a que se contaminan con desechos orgánicos y sustancias químicas y tóxicos de todo tipo. En aras de cumplir la obligación social de preservar la salud de estos muchachos, y honrar convenios internacionales, las autoridades deberían trabajar para evitar el acceso de menores de edad a los vertederos de basura.

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