Dialogo con Doris Melo Mendoza:
“Lo trágico tiene su esencia en el sufrimiento  del héroe”

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En innumerables ocasiones el arte ha tenido que trascender su propósito estético para convertirse en un instrumento de denuncia de males sociales. Esta tarea parece haberse verificado especialmente en ambientes de dictaduras, donde la censura llega a alcanzar niveles asfixiantes. Recordemos en el siglo XIX el caso de la sociedad La Dramática, animada por el patricio Juan Pablo Duarte y sus jóvenes colaboradores, cuya misión era transmitir, a través del teatro, ideas independentistas a los dominicanos sometidos a los vejámenes de los ocupantes haitianos.

En la Cuba de partido único ha prosperado, según el escritor y periodista Leonardo Padura, una variante del realismo sucio mediante la cual los escritores cubanos utilizan las obras de creación para dar a conocer los problemas sociales y económicos que la prensa cubana impide que se sepan o bien tergiversa con datos amañados.

En nuestro país, con la dictadura de Trujillo, algunos autores utilizaron el arte como medio para hacer críticas al dictador y sus abusos, camuflándolas en la reescritura de la tragedia griega. Es lo que acaba de establecer la escritora dominicana residente en Puerto Rico Doris Melo Mendoza en su trabajo “Mito y tragedia en el teatro hispanoamericano y dominicano del siglo XX”, con el que optó al doctorado en Filosofía, con concentración en Estudios Hispánicos, por la Universidad de Puerto Rico, recinto Río Piedras.

DMM  Estuve tomando un curso sobre teatro existencialista y me entusiasmé con el tema, por lo que cuando fui a presentar mi tesis para optar por el doctorado en Filosofía, le dije a mi mentor que quería trabajar sobre el teatro dominicano, y lo hice estudiando aquellas obras que tuvieran relación con la tragedia griega.

En esencia, esta investigación de Melo Mendoza presenta las reescrituras de las tragedias antiguas en el teatro hispanoamericano y dominicano del siglo pasado, a partir de su comparación con las obras de Esquilo, Sófocles y Eurípides. Para mostrar ese diálogo, la autora echa mano de las ideas sobre transtextualidad de Gerard Genette y la teoría de Jean Duvignaud sobre el héroe prometeico.

DMM  Muchos de los textos  griegos han sido reinterpretados por escritores hispanoamericanos porque pueden ser adaptados a la denuncia de problemas sociales y políticos actuales. En el caso de República Dominicana, ha habido dentro del teatro una serie continua de reescrituras que tienden a manifestar las pugnas del individuo con los sistemas dictatoriales, específicamente en los casos de Lilís y Trujillo.

En su investigación, Melo Mendoza hace un recorrido por las teorías de Aristóteles, George Steiner, Albin Lesky y María del Carmen Bobes Naves, sobre las cuales se apoya para ir desarrollando los temas y subtemas que la conducirán al análisis de las obras teatrales latinoamericanas y su asociación con la tragedia griega. De Hispanoamérica incluye obras de Puerto Rico, Cuba, Argentina, México, Chile, Venezuela y Perú, como “Electra Garrigó”, “Medea en el espejo”, “Antígona Vélez”, “Ifigenia cruel”, “La pasión según Antígona Pérez”, “Edipo asesor” o “Infamable Electra”; y de República Dominicana, “El nacimiento de Dionisios”, de Pedro Henríquez Ureña, “Medea”, de Franklin Mieses Burgos, “Miedo en un puñado de polvo”, de Héctor Incháustegui Cabral, “Creonte”, de Marcio Veloz Maggiolo, “Antígona humor”, de Franklin Domínguez, y “Andrómaca”, de Iván García.

DMM  En las obras de Henríquez Ureña y Mieses Burgos se evidencia la reescritura de la tragedia, pero sin compromiso político; es el arte por el arte; pero en los trabajos de Incháustegui Cabral y Veloz Maggiolo, es palpable su  utilización  para criticar la dictadura de Trujillo. De su lado, “Antígona -humor”, de Domínguez, aprovecha el recurso para satirizar a la burguesía, y “Andrómaca”, de Iván García, es la única que se refiere a la dictadura de Lilís y además aborda el tema racial.

Una de las conclusiones fundamentales del trabajo de Melo Mendoza es la reelaboración de los mitos de las tragedias antiguas con el fin de presentar al héroe prometeico.

“Desde las teorías de la sociología del teatro que propone Jean Duvignaud, el héroe prometeico implica la oposición al statu quo, y nada más parecido a lo que ocurre con los héroes latinoamericanos que reclaman libertad frente a las dictaduras”.

De acuerdo con esta autora, es en la obra “Prometeo”, perteneciente a la trilogía “Miedo en un puñado de polvo”, de Héctor Incháustegui Cabral, donde con mayor fidelidad se recrea el modelo prometeico.

“Pero la decisión de este Prometeo dominicano se resuelve por el suicidio como una respuesta a su impotencia ante las coacciones de su padre, del sistema económico y político. Y el héroe prometeico que se suicida deja de ser trágico, porque lo trágico tiene su esencia en el sufrimiento consciente del héroe”.

Que se sepa, este trabajo de Doris Melo Mendoza no tiene precedente en nuestro país y constituye un significativo aporte al estudio del teatro dominicano desde una óptica novedosa. Como dice en la presentación de la obra Miguel Ángel Náter, catedrático de la universidad de Puerto Rico, “su mayor valor radica en que saca de la insularidad las obras del teatro dominicano, poniéndolas a conversar con el teatro del mundo y de todos los tiempos”.

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