“Nunca llevé chismes sobre   compañeros”
El ex toletero George Bell tiene la reputación de que posee un carácter bien  fuerte.

Sin embargo, el jugador aclara que su estilo de vida es ser bastante “claro” con los demás.

Sus relatos son de impacto en el libro “Anécdotas, contadas por los propios peloteros”, que en breve pondrá en circulación el periodista Franklin Mirabal.

Cuando el nativo de San Pedro de Macorís militaba con los Medias Blancas de Chicago, para las temporadas de 1992 y 1993, el dueño de la organización, Jerry  Reinsdorf, realizaba unas reuniones con algunos jugadores del plantel.

El fin del encuentro era enterarse de los pormenores que sucedían en la cueva del conjunto, para luego tomar decisiones en base a la información recolectada.

“Nunca asistí a una de esas reuniones, aunque me llamaba. No podía subir a criticar a uno de mis compañeros”, señala Bell, quien asegura que eso sería sinónimo de deslealtad.

No obstante, otros jugadores sí se prestaban para esa situación.

“El actual dirigente de la organización, Ozzie Guillén, y su coach Joey Cora  se reunían con el dueño para informarle de las cosas que hacían los muchachos del equipo”, relata Bell.

Pero atentos, porque Bell recordará otras grandes historias que aún son desconocidas.

Muchos analistas y fanáticos del béisbol entienden que Bell dejó el béisbol antes de tiempo, asegurando que su conducta no era la más apropiada. Sólo contaba con 33 años para la fecha. 

Sin embargo, Bell explica que le dijo adiós al juego por las diversas lesiones conque tenía que lidiar a diario.

“Fui operado seis veces en mi transcurrir por las Grandes Ligas, cinco en las piernas y una en la mandíbula”, recuerda.

“La gente no se imaginaba lo que sufría. Los médicos debían inyectarme cortisona para el dolor, además de drenarme las rodillas. Eso era sin hablar de la lucha que pasé con el dedo gordo del pie derecho, que se me inflamaba con frecuencia”, explica Bell.

Además de las frecuentes lesiones, Bell estuvo en desacuerdo con el dinero de las ofertas de varios equipos que recibió y prefirió marcharse del juego que lo vistió de gloria durante 12 temporadas.