Periodista
Aquí hay un libertinaje en el uso del lenguaje, en la televisión y la radio.
El lado bueno, positivo, del ejercicio profesional: Aquí hay buenos periodistas que ejercen con honestidad, con dignidad la profesión, apegados a los principios éticos, y no se corrompen. Pero viven y mueren pobres.
La otra cara de la moneda: Hay una minoría corrompida, que exhibe lujos, vehículos último modelo y casas de veraneo que cuestan muchísimo dinero. Esa abundancia no se consigue con los bajos salarios que devengan los periodistas.
Como en todas las épocas, el ejercicio periodístico en nuestro país ha tenido periodistas buenos y malos, corruptos y honestos. Algunos, incluso, han ganado premios en distintas categorías. Pero, en sentido general, son mal pagados no sólo por las empresas donde laboran, sino por la sociedad.
De hecho, cuando Guarionex Rosa, periodista, diplomático, enfoca la temática del ejercicio profesional, hace referencia a la abundancia de bienes materiales que exhiben algunos periodistas en ejercicio, y lo asocia a la inversión de valores de nuestra sociedad, al afán de competitividad de muchos profesionales, en todas las áreas, que hacen lo imposible para superar los medios normales para obtener lo que quieren, sin importar las consecuencias.
Yo diría que hay corrupción periodística, y ciertamente la hay. Y hay corrupción cuando un periodista escribe por paga. Eso es corrupción. Tener publicidad del Gobierno en un programa de radio o televisión, es diferente.
Sin embargo, Guarionex observa un fenómeno interesante en el periodismo dominicano: Algunos periodistas, que se muestran agresivos en sus ataques verbales al Gobierno son, paradójicamente, grandes beneficiarios de la publicidad indirecta del Gobierno. De modo que el periodista, como ente social, no es diferente a otros profesionales, y se deja arrastrar por los altos niveles de competitividad, impulsado por la propaganda, que lo incita a ser rico, millonario, a tener de todo.
La diferencia. Cuando compara el ejercicio profesional, Guarionex reconoce que son etapas diferentes, porque él y otros de su generación trabajaron periodismo en condiciones completamente diferentes a las de ahora.
Hay un sentido de comparación entre la época pasada y la época de ahora. Creo que ahora hay un buen ejercicio periodístico. Hay también muchas quejas, particularmente en la televisión, porque el periódico todavía tiene un tiempo, un sosiego para la elaboración de la noticia y para la presentación de las noticias.
Enfoca el periodismo digital y opina que los diarios digitales permiten vulgarizar la expresión pública, en el sentido positivo de que cualquier persona puede acceder a los medios y ejercer su libertad de opinar, lo cual es importante.
Estudio, formación. El periodista y diplomático entiende que para mejorar el ejercicio profesional se necesita con urgencia que los periodistas jóvenes vayan a estudiar al extranjero. Sugiere aprovechar las becas que ofrece el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología para esos fines.
Sería una buena idea que el Colegio Dominicano de Periodistas haga diligencias para que muchos jóvenes periodistas estudien en el extranjero, y que procuren puestos diplomáticos con el Gobierno, porque no es malo ser secretario de Prensa de una embajada.
Los tiempos han cambiado, reitera, y asegura que aquí se ejerce la libertad de expresión con bastante reconocimiento de las autoridades. Además, la prensa dominicana es fuerte, crítica. La crítica en ocasiones desborda la libertad, porque en la televisión le dicen cosas al Presidente de la República que no lo dicen en otros países. Eso es muy fuerte. El periodismo no se hizo para defender al Gobierno, pero tampoco se hizo para atacarlo, para hacer una guerrilla.
Maltrato a periodistas. Aunque no es su caso, Guarionex Rosa reconoce que los periodistas son maltratados porque reciben salarios miserables. Las empresas periodísticas le dan salarios muy bajos, y ellos están al mismo nivel de los trabajadores en sentido general, que reciben el salario mínino, y con lo que devenga un trabajador no se puede vivir. Entonces, un periodista con el doble o el triple no puede presentarse vestido debidamente a los eventos, a recoger las noticias.
Lenguaje vulgar
El uso del lenguaje vulgar ordinario, chabacano, grosero, bajo, ofensivo, insultante, es uno de los aspectos negativos que tiene el periodismo en este momento. Es decir, se han enganchando a la profesión periodística una cantidad de personas que no son periodistas, ni profesionales, ni autodidactas. Son simplemente políticos o personas sabias, trepadores, que han visto en el periodismo una fuente de escalar y de ascenso social.
Aquí hay un libertinaje en el uso del lenguaje, en la televisión y en la radio. Se ofende la reputación de las personas, se pronuncian frases soeces, y eso no era posible antes. Estas personas van a la televisión a pontificar, leyendo las noticias de manera dramática, incluyendo los comerciales.
Buena generación
Guarionex Rosa considera que su generación fue muy buena, porque ejerció el oficio con dignidad, apegado a los principios éticos del periodismo y, además, en una coyuntura política de represión de las ideas políticas, crímenes, persecución y asesinatos.
Se inició en 1966. Un día su colega Danilo Polanco le comentó que había una vacante en Radio Noticias, HIN. Fue a la emisora, conversó con el doctor Héctor Pérez Reyes, fallecido, y comenzó su trabajo de redactor. Permaneció en ese trabajo hasta 1970.
De esa época recuerda a Danilo Polanco, Pedro Ventura Santana, Julio Cross, Juan Bolívar Díaz, Luis Minier Montero, Milagros Germán Rodríguez y a César Rivera Espaillat, entre otros.
En marzo de 1970 ingresó como redactor a Ultima Hora. Nueve años después le solicitó al extinto presidente Antonio Guzmán Fernández un puesto diplomático en Estados Unidos o Francia. Fue designado cónsul general en Washington. También desempeñó el cargo de embajador en Ecuador y en Haití.