Dialogo con Mario Soto
Ex lanzador de Grandes Ligas

Dialogo con Mario Soto<BR>Ex lanzador de Grandes Ligas

“Johnny Bench me maltrató”
Mario Soto se caracteriza por ser un hombre que no le tiembla el pulso para contar las cosas tal y como sucedieron.

Sus relatos son de impacto en el libro “Anécdotas, contadas por los propios peloteros”, que en breve pondrá al mercado el periodista Franklin Mirabal.

Cuando Soto debutó en las mayores en 1977, se unió al hoy inmortal Johnny Bench,   catcher   de la   Gran Maquinaria Roja.

Soto, como todos los novatos, se hospedaba en un hotel de la ciudad de Cincinnati.

Un empleado del hotel le   pidió al entonces joven lanzador que le consiguiera una bola autografiada por el receptor estrella   Bench.

Soto explicó la situación a Bench y le entregó una pelota. Sin embargo,  el receptor le respondió que debía ganar su primer partido en las Grandes Ligas para cumplirle esa encomienda al fanático.

Además, Bench tiró la pelota al zafacón del camerino.

Mario Melvin quedó abrumado por la forma tan inhumana como le respondió su nuevo compañero de equipo, sólo por realizar un favorcito de esa naturaleza.

A los tres días, a Soto le tocaba abrir su primer juego en la ruta. El dominicano ganó el encuentro. Cuando subieron al autobús de regreso a casa, Bench le recordó que le cumpliría el sueño a su admirador.

No obstante, Soto lo observó fijamente y le expresó que hacía mucho tiempo que había olvidado ese pequeño detalle.

Pero, atentos, porque Soto recordará otras grandes historias que aún son desconocidas.

Cualquier lanzador, sea del nivel que sea, tendría el anhelo de tirar un partido perfecto. De lo contrario, quisiera lanzar un juego al menos sin hit.

Soto estuvo a punto de juntarse con la gloria el 12 de mayo de 1984. Era un partido contra los Cardenales de San Luis, el cual ganaban los Rojos de Cincinatti 1-0 a la altura del noveno episodio y dos out.

Soto estaba dibujando con sus pitcheos durante todo el trayecto, hasta que George Hendrick le conectó el batazo que nunca olvidará mientras tenga vida: un jonrón para quitarle el partido sin hit.

El dominicano señala que a todos los lugares que asiste, siempre le preguntan por aquel acontecimiento, que lo dejó marcado de por vida. Otro tablazo, que Soto asegura que jamás olvidará, fue un cuadrangular que le disparó en el torneo local el difunto Rafael –El Gallo- Batista.

Recuerda que estaba en el clímax de su carrera, cuando Batista, de las Estrellas Orientales, le engarzó una recta, que terminó fuera del parque.

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