Dialogo con Rey Andújar
“Tengo tres musas: trabajo, trabajo y trabajo”

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Rey Andújar es un ejemplo de  joven escritor que puede obtener logros significativos si se dedica al oficio con pasión y disciplina.

 En menos de una década, desde que ganara un premio con su texto “El factor carne” en la primera convocatoria del concurso de cuento Virgilio Díaz Grullón, del Banco Central, hasta su reciente performance “Paciente Ísola”, en Casa de Teatro, Andújar ha desarrollado una apreciable carrera literaria que ya cuenta con dos novelas, dos libros de cuentos y numerosos textos creativos y críticos en publicaciones especializadas.

Es decir, Rey Andújar no es el escritor tipo “voy a escribir” que abunda en nuestro país y que suele extraviarse en el sueño de componer alguna vez un texto, convirtiéndose en aspirante eterno al que un día la nostalgia le muestra implacablemente que su tiempo ha pasado. Por el contrario, Rey practica aquello de que “el escritor escribe”.

“Yo digo que tengo tres musas: trabajo, trabajo y trabajo”, confiesa, y hay que creerle, porque además de sus novelas y cuentos, está concluyendo en Puerto Rico un doctorado en Filosofía con especialidad en Literatura Caribeña y trabaja en un laboratorio de investigación sobre dramaturgia del cuerpo.

LMG. Por cierto, explícame lo de ese laboratorio con propósito tan particular.  RA  Es una iniciativa de Loraine Ferrand y su equipo de investigación basada en la teoría de que un artista de cualquier área, no importa que no sea actor, puede crear un personaje y representarlo. Yo como escritor me sometí a lecturas teatrales y entrenamiento, y de esa experiencia surgió, por ejemplo, “Ciudadano cero”, un experimento teatral que hemos representado públicamente.

A Rey le encanta recitar poesía y participa frecuentemente en películas, proyectos de danza, performance y obras de teatro, diversidad de facetas que obligan a uno a preguntarse cómo logra combinar tantas actividades y sacar tiempo para escribir.

RA Me impongo una disciplina, sobre todo para leer. Yo me considero un gran lector y, de hecho, no concibo a un escritor que no lea, de manera que más que a escribir, me obligo a leer, a investigar. Lo otro es el trabajo constante. Recuerdo que, luego de obtener el premio en el concurso de cuento Virgilio Díaz Grullón,  un miembro del jurado me recomendó ponerme a trabajar y me he llevado de ese consejo.

También he contado con la orientación desinteresada de maestros que coinciden en señalarme que lea y escriba, que no pierda tiempo.

“Candela”.  La prestigiosa editorial Alfaguara ha publicado su novela “Candela”, que Rey Andújar escribió frenéticamente en Cabarete, Puerto Plata, produciendo de dos a tres páginas por día. Según cuenta, quiso escribir una novela policial, un poco al estilo de las películas de Hitchcock o las historias de Edgar Allan Poe. “Pero en Santo Domingo no se dan las condiciones para resolver un crimen a la manera de esos dos autores, y aunque las hubiera, interferiría el fantasma de la corrupción”.

LMG “Candela” está poblada de personajes fracasados o con vidas truncadas, ¿es tu visión de la sociedad dominicana o se trata de una extrapolación de la realidad latinoamericana, a partir de tus vivencias en otros países?  AR En los libros que he escrito hasta “Candela” hay una dominicanidad directa, su sociología, su idiosincrasia. A partir de “Amoricidio”, libro que ganó el premio del concurso de cuento joven Feria del Libro 2007, empiezo a tomar un poco de distancia y en vez de contar desde una situación específica, hago que el personaje cuente viajando, como un “homo viator”; hay una suerte de desplazamiento de los personajes y la ciudad, desaparece la nostalgia por el país, por lo dominicano, y me centro más en lo humano.  De todas maneras, como soy dominicano y he hecho vida adulta aquí, creo que la dominicanidad va a estar siempre en mis textos de alguna forma.

LMG En “Candela”, utilizas un personaje no humano: un huracán, que parece  condicionar la actuación de los demás personajes; ¿intencional o imprevisto?  AR Lo del huracán fue saliendo en la medida que escribía, no era parte de la estructura original de la obra, lo que me obligó a investigar acerca de este fenómeno atmosférico. Luego, algunos lectores me han comentado su sensación de que la novela gira en círculos, como un huracán.

Malas palabras.  Igual que Junot Díaz y Rita Indiana Hernández, Rey Andújar escribe con un lenguaje desenfadado, en ocasiones crudo, lo que sugiere la posible existencia de unos vasos comunicantes lingüísticos entre estos jóvenes escritores dominicanos.

AR Cuando leí la novela de Junot, pensé primero en el lenguaje antes que en la historia que contaba. Para mí la novela de Junot abre nuevas ventanas al proceso creativo del lenguaje, porque mezcla términos que refieren a J.R.R. Tolkien con lo que sería una especie de mitología dominicana, para dar paso a una poética diferente, que conmueve. Rita Indiana hace algo parecido y otros vamos por ahí, buscando un punto de confluencia entre esas formas de decir.

En los textos más recientes de Rey Andújar se nota una mayor preocupación por el lenguaje, su interés de que el texto pueda sustentarse por sí mismo, sin la influencia de la personalidad del escritor. El admite: “Al principio cometí el error de pretender ser un escritor-libro, olvidándome  que muchas veces el lector no tiene acceso a algunos detalles del autor y por tanto no puede comprender algunas claves que sólo yo entiendo.  Eran trabajos panfletarios, dispuestos como una ventana para que yo brillara, cuando lo mejor es que los libros tengan una cortina que oculte el yo y puedan funcionar por ellos mismos”.

En fin, como él mismo dijera: Menos Rey y más lenguaje. Es decir, parafraseándolo: Que el lenguaje sea el rey.

*El autor es periodista y escritor. **Entrevista disponible en www.youtube.com/yolayelou. 

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