Diálogo de Dios

Diálogo de Dios

POR SANTIAGO DE LA FUENTE
Un dominicano se acercó a Dios y le reclamó, todo adolorido: «¡Dios mío, Dios mío, por qué nos has abandonado! Mira como está el país». Y Dios, que conoce muy bien lo que pasa en Dominicana, y cómo se generó la crisis, le dijo: ¿Cómo es?. ¿Dios mío, Dios mío por qué «nos» has abandonado? o ¿Dios mío, Dios mío, por qué «nos hemos» abandonado?»

«Yo les avisé muchas veces y les dije mil veces que con «el chivo loco» y el «poco más o menos» estaban sembrando tempestades. Les invité a ser mejores ciudadanos, y a crear un mejor liderazgo, cívico y político, para sustituir al que ustedes decían que les estaba llevando por el mal camino. Pero no hicieron caso y ahora la crisis se salió de madre.»

«Ciertamente quiero ayudarles. Pero no esperen que arregle la crisis yo sólo, eso les confirmaría en la «cultura de la irresponsabilidad», de la que esta crisis es la última cosecha.»

«Les inspiraré deseos de afrontar realmente la crisis. Les daré más sabiduría y más capacidad de aceptar los sacrificios que sean necesarios para salir de ella. Les motivaré más a trabajar, con más sabiduría y creatividad, y unidos a otros, por la superación de la crisis. Les daré paciencia activa -y no parqueada, como la que tienen ahora-. Yo les ayudaré, pero son uds. los que la tienen que poner a trabajar todo eso».

«Y escuchen el consejo del Dalai Lama: «Si pierdes algo, no pierdas la lección». Y pónganlo a trabajar. Esa frase es también palabra de Dios, voluntad de Dios, aunque no esté al pie de la letra en la Biblia. Y es mandatoria aquí en RD pues el no ponerlo a trabajar es la causa última del problema para el que me piden ayuda.»

Otro día se acercó a Dios otro dominicano, y le dijo: «Señor, soy un dominicano, y como tú sabes tenemos un gran problema. Tú nos has dicho, «pidan y recibirán». Así que aquí estoy yo pidiendo por todo el país. ¡Señor, sácanos de la crisis! ¡Tú eres el todopoderoso! ¡Sólo Dios salva»

Y Dios le preguntó : «¿Dónde leíste eso?. Y él le respondió : «En Mateo, 7,7». Y Dios, le pidió: «Abre tu Biblia y léeme ese párrafo completo». Y el suplicante, cogió su Biblia y leyó, muy seguro: «Pidan y recibirán. Busquen y hallarán. Llamen y se les abrirá».

Y Dios, le dijo: «Yo dije tres cosas, no una sola. ¿Qué hicieron con las otras? ¿Por qué sólo recuerdan y ponen a trabajar una, la más facilitona? ¿Es que no quieren crecer?

Y otro, que oyó esto, le dijo a Dios «Pero Señor, recuerda que Tú nos has dicho que si no nos hacemos como niños no entraremos en el reino de los cielos (Mt 19,14)»

Y Dios le aclaró: «Cuando dije que fueran como niños me refería a que fueran niños en malicia, en admirarse y agradecer, en inocencia y ser prontos a perdonar. No en ignorancia e incapacidad, en renunciar a crecer, y otras cosas parecidas.»

«La gloria y el gozo de todo padre, y también de Dios, es que sus hijos crezcan y sean bendición para sí y los demás. Al buen padre le duele que su hijo sea un problema para sí, su familia y la sociedad en que vive, que sea incapaz de asumir las responsabilidades de su edad».

Yo creé al hombre a mi imagen y semejanza, y por eso creé al hombre capaz de ayudar a mejorar la creación día a día. También al hombre y la mujer dominicanos, y les di capacidades para mejorar el mundo en que viven, en lugar de contribuir a aumentar la irracionalidad y la injusticia existente. Como ocurrió con los que generaron y alimentaron la Crisis del país, a lo largo de los años, con sus acciones, silencios, complicidades y «omisiones», dejando que esta creciera, sin mejorar como ciudadanos y sin ayudar a crear alternativas para gerenciar mejor al país. Y por cierto entre ellos había y hay demasiados «cívicos, éticos y cristianos».

Así que pidan y recibirán. Pero ayuda, no sustitución. Un principio básico de educación familiar, y de desarrollo es que lo que el hijo puede hacer que el padre no lo haga. Si no, el hijo nunca crecerá.

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