Diálogo de saberes La complementariedad de los conocimientos, 5

Diálogo de saberes La complementariedad de los conocimientos, 5

Dedicado a mi médico de cabecera: Antonio J. Castillo V.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el de los dos talentos dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado. Su señor le dijo: ¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegándose también el que había recibido un talento dijo: Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo. Mas su señor le respondió: Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Del Evangelio según san Mateo 25, 14-30

¡Qué hermosa y significativa es esa parábola! Cada uno de nosotros ha recibido un talento, pero debemos aprender a utilizarlo, pues de no hacerlo, de nada serviría.

Durante mi largo encierro, de prisión “preventiva domiciliaria”, tuve la oportunidad no sólo de escribir, sino también de leer. Algunos de mis seres queridos, preocupados por mi situación, buscaron alternativas e ideas nuevas. Mi hija Arancha me regaló el libro “El Método Clean” escrito por Alejandro Junger, cardiólogo de profesión, quien después de mucho tiempo consultando pacientes cardíacos concluyó que estas enfermedades podrían evitarse con la prevención. Propone un programa revolucionario de salud para regenerar y curar el cuerpo humano en 21 días.

El autor parte de un hecho innegable: la humanidad, desde siempre, ha reconocido la existencia de elementos tóxicos que causan disfunciones y enfermedades. “Estas toxinas tienen la capacidad de irritarnos, causarnos estrés, y en última instancia, hacer que nuestro organismo sufra de múltiples maneras y en todos los sentidos: desde el ámbito aparentemente abstracto del pensamiento y la emoción, hasta el de los materiales químicos generados como subproductos residuales de la vida diaria de nuestras células…” (p. 11)

Junger sostiene que la intoxicación se ha convertido en una tragedia de la civilización occidental. Estamos intoxicados de químicos que están por todas partes: en las comidas enlatadas, la comida-basura rápida, en la ropa que usamos, y, en los medicamentos que ingerimos que nos alivian de los síntomas, pero que no atacan la causa de la enfermedad. Su propuesta parte de tres principios fundamentales:

1. Las toxinas y el estrés crean obstáculos para el funcionamiento del cuerpo.

2. Los hábitos alimenticios y los estilos de vida de la modernidad son los principales contaminantes del organismo humano, y, sobre todo, no proporcionan los nutrientes necesarios para su mejor funcionamiento.

3. Se hace necesario que se eliminen los obstáculos a fin de dotar al cuerpo de los nutrientes que le faltan para que recupere sus funciones y vuelva a tener la energía necesaria.

La propuesta del Dr. Junger es el método Clean. Esta propuesta tiene como fin la desintoxicación a través de tres etapas, cada una de una semana. La primera etapa demuestra cuán intoxicados vivimos con las costumbres modernas de la alimentación. Advierte que será duro, difícil, pues el que inicia el proceso tendrá una eterna sensación de hambre y ansiedad, dos sensaciones normales producto del proceso. La segunda semana, que sería también la segunda etapa, continúa con el proceso general de limpieza. La tercera semana sigue la misma tónica. Afirma el autor que haber llegado a esa etapa se inicia el renacimiento: “Serás capaz de experimentar la vitalidad, la claridad y el optimismo que realmente deberías sentir de acuerdo con tu verdadera edad física, y no sólo con la edad cronológica…Su tez se vuelve firme, tersa y radiante. Sus ojos, más blancos y brillantes. Logran dormir profundamente y consiguen una mayor energía durante todo el día…enfermedades…crónicas …suelen disminuir e incluso desaparecer. A medida que experimentas la capacidad del cuerpo para restablecer el orden por sí mismo, dejarás de ver como una condena a cadena perpetua ciertas afecciones que se estaban apoderando de ti…” (p. 20).

Para desintoxicar el organismo propone un cambio radical en la alimentación. Esto así, porque a través de los alimentos y los procesos relacionados con la digestión se consume una gran parte de las reservas energéticas del organismo. Esta situación se vuelve intolerable con la modernidad. La costumbre moderna es comer frecuentemente a lo largo de todo el día, por lo tanto la necesidad de energía es constante y no se detiene jamás. De tanta ingesta diaria, no nos queda energía para otras cosas. Este círculo vicioso debe detenerse. Se impone un proceso acelerado y radical de desintoxicación, y luego acompañarlo de una dieta sana.

El autor aconseja la desintoxicación de tres semanas. Una vez “agotado el proceso”, recomienda:

· Comer alimentos más alcalinos que

ácidos.

· Bajar los alimentos que producen

mucosidad: los lácteos, los azúcares,

trigo y arroz blanco.

· Consumir más productos

ecológicos: carnes libres de hormonas.

· Consumir alimentos frescos

· Consumir el 51% de alimentos

crudos, tales como: verduras,

semillas, nueces, aceites sin procesar.

· Comer fibras en abundancia para

ayudar el tracto intestinal .

· Evitar productos lácteos y el alcohol.

 

La buena alimentación debe de estar acompañada de un programa permanente de:

· ejercicios,

· meditación,

· de sueños reparadores,

· mantenimiento de la sangre y el entorno interior alcalinos, para lo cual recomiendan la medición periódica del PH en la saliva.

En definitiva, Clean es una propuesta de desintoxicación que será el primer paso para ayudarnos a establecer metas reales y factibles a nivel de salud.

El libro es más complejo que este apretado resumen. Presenta elementos muy interesantes sobre los alimentos y sus nutrientes, y además sobre los efectos de consumir o estar expuestos a metales que en exceso serían muy dañinos para la salud.

Como pueden ver, todos estos trabajos nos invitan a llevar una vida más sana, tranquila y placentera. Una vida más controlada, sin las prisas que impone esta sociedad envuelta en el caos, y el deseo de tener. ¿Qué piensan?

mu-kiensang@hotmail.com

mu-kiensang@pucmm.edu.do

@MuKienAdriana

Publicaciones Relacionadas

Más leídas