“Diálogos Oníricos”, una exposición para soñar

“Diálogos Oníricos”, una exposición para soñar

                                         -I-

Si hay en Santo Domingo una institución de arte ejemplar, es el Museo Bellapart. Muy recientemente, sin haberlo buscado ni que le hayan advertido de una visita cimera, tres pinturas dominicanas que pertenecen a la colección institucional, fueron seleccionadas para la Bienal de Venecia por el curador titular de la primera Bienal del Mundo.

La muestra por los cien años de Oviedo, recién clausurada, fue una joya conmemorativa, y ahora, casualmente, celebrando también un aniversario secular, una exposición rinde homenaje al Centenario del Manifiesto del Surrealismo, publicado por André Bretón, el 15 de octubre de 1924. Una fecha celebrada de manera contundente a escala mundial.

Al tener la República Dominicana un pintor surrealista famoso, Iván Tovar, una actividad artística iba a ser la bienvenida, y el Museo Bellapart, por varias razones, sería la institución indicada. Citemos la excelencia de su equipo ejecutivo y técnico, su constante preocupación educativa, su fondo y colección incuestionable, sus relaciones personales, institucionales e internacionales. Ha sucedido..

Ahora bien, cabe señalar que el Museo Bellapart ha realizado este acontecimiento histórico, junto a la muy activa Fundación Iván Tovar: cada entidad asumió aportes y funciones respectivas.

Puede leer: Thais Herrera sobre el Everest: “Es bastante complicado para un dominicano, sobre todo por la altura»

20 ¡Vivir 22 1p01

Diálogos Oníricos

El Museo Bellapart acaba de inaugurar “Diálogos Oníricos”, que, de acuerdo con sus metas, investiga y presenta el surrealismo dominicano, a través de pintores parcial o totalmente entregados a esa subversión y conversión del arte tradicional, sin olvidar una correspondencia con la Poesía Sorprendida, ilustrada por los artistas.

Es una exposición que, más que lo amerita, requiere que la visiten dos veces… ¡Por cierto, un importante coleccionista expresó textualmente que, cuando se iba fascinado, de la presentación inaugural, decidió devolverse y disfrutarla nuevamente!

Queremos señalar que es la segunda exposición de tema surrealista en el Museo Bellapart. La primera, en 2017, en el marco de la Semana de España, “Andanzas Surrealistas”, ya exhibía obras importantes de Eugenio Fernández Granell, hoy, igualmente, muy presente y destacado.

En estos “Diálogos Oníricos”, la museografía nos parece fundamental y contribuye a atraernos, ojos, mente y corazón, disfrutando las magníficas obras -bi y tridimensionales- exhibidas.

Dedicaremos este primer artículo a la museografía, tal vez por nuestra nostalgia de la crítica de teatro, y sobre todo porque Myrna Guerrero ha logrado un despliegue museográfico excepcional.

Una museografía lúdica y encantadora

Para que las obras sobresalgan como los componentes prioritarios de la exposición, la museografía ha de distinguirse por su sobriedad, su claridad, su discreción. Aunque existe un diálogo con el espacio, casi no nos percatamos de las modalidades de colocación… se sitúan en un segundo plano. Ahora bien, tampoco hay una norma inmutable.

En “Diálogos Oníricos”, la gran sala recta, que casi luce infinita cuando entramos, es ahora un escenario, mucho más que en otras exposiciones del Museo Bellapart, y consideramos esta versión “museo-escenográfica” muy adecuada… por el tema, los artistas, y sus variaciones de estilo dentro del surrealismo. Igualmente, por las diferencias de formatos y de composiciones imperan soltura y dinamismo. Eugenio Fernández Granell, Iván Tovar, Jorge Noceda Sánchez deben destacarse “individualmente”, y se nos revela que Jaime Colson, Clara Ledesma, Gilberto Hernández Ortega, Manolo Pascual tuvieron sus horas de surrealismo.

Dos pinturas contiguas de un mismo autor… son unidades que se van articulando unas con otras. Los focos luminosos, esmeradamente dispuestos, resaltan el colorido, mientras el “claroscuro” de la pared vitaliza la vibración o la quietud cromática.

Luego, una tercera dimensión, con módulos y elementos informativos -texto, foto, diseño- justamente vuelve el montaje más escenográfico. Diríamos que las pinturas y evidentemente el tapiz de Fernández Granell tienen una elocuencia particular al respecto.

Esta vertiente es por cierto refinada, elegante y pensada, jamás confusa e improvisada… No solo (ad)miramos los cuadros y las esculturas, nos sentimos envueltos en un ambiente… que se reinventa, al igual que los surrealistas recrean tanto sus interioridades como los objetos y sujetos externos. Hay una interacción, sensible y estética.

Los detalles y las atenciones para el público, con el excelente folleto plegable no faltan… y además se nos entrega un marcador de página, encintado y reproducción de elementos modulares. Una generosidad casi… surrealista.

Coda

Myrna Guerrero que ha hecho una labor colosal, es la curadora, la museógrafa, la autora de prácticamente todos los textos -de las paredes a las publicaciones-, además de la supervisión general. Ahora bien, notamos aquí un elemento lúdico, más que en otras exposiciones, algo que irradia en la incuestionable y extrema seriedad de su trabajo. Creemos palpar una satisfacción risueña… El surrealismo le ha inspirado, a la vez con fuerza, emoción e íntima convicción. No podemos olvidar que Myrna es también artista y pintora. (continuará).