Diccionario de política

Diccionario de política

MIGUEL RAMÓN BONA RIVERA
Para contribuir un poco al ambiente del día de los inocentes, en esta «tregua» navideña, reproducimos a continuación algunos términos del Diccionario de Política, del renombrado autor español Don Juan Rico y Amat. Periodista, político y escritor que se distinguió por su agudeza, Juan Rico y Amat hizo público su diccionario hace ciento cincuenta años, en 1855, para satirizar a los políticos de su tiempo, en la convulsionada España de mediados del siglo diecinueve.

Hoy que nos adentramos ya en siglo veintiuno, las definiciones de este diccionario parecen como si hubieran sido escritas para describir las características de la política criolla de nuestros días. Veamos:

Administración Pública.- Enrediña que nadie comprende, ni el administrador ni el administrado. Laberinto de órdenes y contraordenes. Decretos que establecen y decretos que derogan. Disposiciones que crean una cosa y circulares que la destruyen en seguida.

Adnegación.- Cualidad casi desconocida entre los políticos, a pesar de que todos hacen alarde de ella.

Ambición.- Enfermedad que ataca frecuentemente a los políticos. La causa de que se convierta en epidemia está en que los encargados de curarla son los que se sienten atacados por ella con más virulencia.

Antiguo régimen.- El culpable de todos nuestros males.

Arrancar la máscara.- Cosa que sucede comúnmente a los políticos. Por más que algunos lo eviten no pueden resistir por mucho tiempo, y la pesada mano de la opinión pública les desprende la careta. Al quedarse desenmascarados ante el público, pocos son los que bajan la vista avergonzados. Los más se quedan riendo y buscan enseguida otra careta diferente.

Audacia.- Arma con la que se consiguen en política las grandes victorias. La mayor parte de los políticos usa en la actualidad de tan maravillosa arma. Y así vemos a un político de tercera que sin audacia solo se atrevería a aspirar a un empleillo, como armado de la audacia le marcha a una Dirección General o una Sub-secretaria.

Bancarrota.- Achaque muy común de los gobiernos despilfarradores.

Camaleón.- Político que muda de opiniones con frecuencia.

Candidatura.- El sueño dorado, el constante anhelo, la inseparable pesadilla de todo aquel que está en política.

Circunstancias.- Madeja a cuya sombra se cometen los mayores desaciertos. Si se aumentan las contribuciones en lugar de bajarlas, no es la mala administración quien las aumenta, sino las «circunstancias» que a ello han obligado.

Coalición.- Reunión de perros y gatos con el objeto de atrapar un hueso.

Comunismo.- Hermosa ilusión del que no tiene un cuarto; sueño constante de los holgazanes; halagüeña esperanza de los pobres; pesadilla mortal de los ricos.

Conciencia pública.- Espada muy brillante pero no corta. Como los políticos lo saben no le tienen miedo y juegan con ella como los niños con un sable de madera.

Corrupción.- Epidemia contagiosa que hace estragos horrorosos en el país de la empleomanía. Al igual que en la ambición, los encargados de curarla son los primeros en ser atacados por esta enfermedad.

Crédito Público.- La cosa más desacretidada del mundo. Perseguido a todas horas por sus acreedores pasa los sustos y angustias más grandes que imaginarse pueda a causa del desarreglo de su conducta y la ninguna economía de sus gastos.

¿Cuándo se arma?.- saludo muy frecuente entre los cesantes y descontentos.

Derechos políticos.- Palabras que no pronuncian jamás los del gobierno y que a cada instante repiten los de la oposición.

Deuda pública.- Cáncer incurable que tiene en la mayor postración al cuerpo del Estado.

Discurso.- Proyectil con que se atacan y defienden los representantes de la nación.

Discurso improvisado.- Discurso escrito, estudiado y ensayado en casa con mucha anticipación. Al pronunciarlo se comienza diciendo que no se viene preparado para participar en la cuestión, pero que sin embargo se toma parte en ella confiado en la indulgencia de los presentes.

Elecciones.- El prólogo de la comedia.

Empréstito.- Cucharada de jarabe que dan los gobiernos al tesoro público en sus frecuentes y mortales agonías.

Escaños del congreso.- Los asientos más cómodos y apetecibles de los políticos, exceptuando claro está las incomparables poltronas de Secretarías de Estado.

Formación del gabinete.- Siete tajadas de un plato y setenta manos que se alargan a un tiempo para cogerlas.

Gobierno constitucional.- Tragicomedia que se inicia cada cuatro años.

Hechos consumados.- Picardías y tremendidades que comete un partido cuando manda, y respeta el otro que le sucede en el mando.

Horizonte político.- Punto donde los políticos tienen constantemente fijas sus miradas. Unos rabian cuando lo ven sereno y otros cuando lo ven encapotado. Hay quienes siempre están descubriendo en el negros nubarrones y quienes por el contrario divisan el sol en medio de la más grave tormenta.

Injusticia social.- Denuncia cotidiana de la oposición mientras no llega al gobierno.

Instituciones.- Una cosa que nadie ve, aunque todo el mundo habla de ellas.

Juramento.- Pamplina política.

Las altas horas de la noche.- Aquella en que ocurren los más notables acontecimientos políticos.

Llamar a las cosas por su nombre.- Lo que no hacen los políticos y hacemos nosotros en este diccionario.

Mando.- El alimento más nutritivo de los políticos. Por eso se dice vulgarmente que el mando engorda.

Minoría de oposición.- Los que están locos por mandar.

Moralidad.- Señora extraviada cuyo paradero se ignora.

Oposición.- Infierno donde padecen los pretendientes de la República, hasta que tarde o temprano algún levantamiento nacional o nuevas elecciones descorren las puertas de ese infierno, convirtiéndose entonces los verdugos en víctimas y las víctimas en verdugos.

Patriotismo.- De lo que más se habla en política. Argumentación que nace en la cabeza, vive en la lengua y muere en el estómago y los bolsillos.

Poder.- Verdadero y probado manjar al que aspiran todos los políticos.

Políticos.- Los zánganos de la colmena.

Popularidad.- Mercancía que se compra en las redacciones de los periódicos.

Reformas.- Bandera de los pronunciamientos de todos los políticos.

Sistema tributario.- Monstruo de siete cabezas que mantiene asolada la economía nacional.

Todo por el pueblo y para el pueblo.- La máxima de las argumentaciones de los políticos.

Urnas.- Caja de pandora que encierra los encantamientos y sortilegios electorales.

¡Viva el gobierno!.- Sinónimo de «Quiero un empleo!».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas