Diccionario Jurídico de bolsillo

Diccionario Jurídico de bolsillo

El autor expone con estilo sencillo informaciones y orientaciones para que la colectividad se oriente camino al tribunal

Anciano es una persona que tiene setenta años o más de edad y es sujeto de protección legal. El juez no le puede imponer prisión preventiva, salvo excepciones. Si debe cumplir pena, lo hará en su domicilio, un centro geriátrico, clínico, de salud mental. Los años de reclusión le son reducidos.

Existe condena, por otro lado, para quienes atenten contra la intimidad de las personas, perturbando su paz, sea con publicaciones, grabaciones obtenidas sin su consentimiento, molestias por teléfono a la víctima o cualquier miembro de su familia con alusiones obscenas, injuriosas, difamatorias, mendaces. A quien incurre en estas infracciones le cabe prisión de seis meses a un año y multa de hasta 50 mil pesos.

Vivir en concubinato es para la justicia, en algunos casos, similar en los hechos a un matrimonio formal, sobre todo si la relación es pública y notoria. Cuando reúne determinadas características, es fuente de derechos que ambas partes pueden reclamar.

¿Cómo se debe actuar con un propietario de apartamento que no paga religiosamente el mantenimiento del edificio donde vive, que innova o modifica su piso propio perjudicando la seguridad, estética, servicios comunes? Las respuestas a esta situación que trastorna hoy a tantos dominicanos por el indetenible avance de las construcciones de torres, son tan amplias como las prerrogativas y obligaciones que corresponden a quienes comparten esta modalidad de vida comunitaria. “El auge de los condominios es proporcional a la falta de educación sobre la propiedad común, participación en los gastos y las dificultades del condominio para  funcionar con armonía”.

Estos y cientos de asuntos que alteran a los individuos, ignorantes de que hay acciones legales que los protegen, figuran en el “Diccionario Jurídico 9-11, Traducción popular del Lenguaje de la Justicia”, que puso a circular el magistrado Francisco Ortega Polanco, Juez de la Cámara Penal de la Corte de Apelación, catedrático de Derecho Procesal Penal y otras materias jurídicas en tres universidades privadas y autor de otras obras vinculadas a su profesión.  El libro no es sólo glosario de términos legales. Cada vocablo trae definiciones gramaticales pero, además de explicar significados, el autor expone con estilo sencillo, informaciones y orientaciones para que la colectividad se oriente “mientras la suerte le atraviesa en la senda un buen jurista que le guíe y asista de manera correcta”.  Para el lector común desvinculado de las profundidades  de la jurisprudencia, cada palabra del libro es una revelación, porque está tolerando abusos, atropellos, torturas ignorando que es víctima de delitos  que la ley castiga. Pero vive rodeado de victimarios, soportando agravios y molestias sin acudir a la justicia.

El adulterio, la actividad sexual no consentida, las infracciones al ambiente o relacionadas con el SIDA, el chantaje, los embargos, la droga, los envenenamientos, la embriaguez alcohólica, por ejemplo, pudieran ser tan pasibles de prisión y multa como el espionaje, exhibicionismo, linchamiento, proxenetismo, viajes ilegales, bigamia, castración o instalación ilícita de gasolineras.

Son novedosas las infracciones penales relacionadas con los animales, a los que Ortrega Polanco dedica más de una página porque, lamentablemente, en el país no existe una ley que los proteja, pero también es interesante enterarse de las condenas a quienes lanzan animales muertos en lugares vedados, envenenan caballos, mulos, ganado, chivos, ovejas, peces, sacrifican bestias, animales domésticos, dejan vagar especies feroces o dañinas u operan indebidos negocios  de carne.

El aborto, tal como lo trata el reputado escritor, es más complejo de lo que se supone. Las penas a quienes lo practican no son de pocos años.  Pueden estar hasta 20 en la cárcel, médicos, cirujanos, parteras, enfermeras, farmacéuticos u otros del área de la salud por causar, o simplemente cooperar para causarlo.

Trae noticias que deben conocer los pacientes en torno a cómo actuar con los médicos y otras que tal vez ignoren los mismos facultativos.

El enfermo, dice, tiene derecho a recibir información precisa sobre su estado y las opciones posibles de tratamiento, que le permita consentir con libertad un procedimiento o terapia.

Y explica lo que puede ocurrir al galeno en casos de mala práctica, torpeza, imprudencia, inadvertencia, indiferencia, inobservancia, negligencia, homicidio culposo o no intencional. El distinguido abogado y periodista se refiere hasta a la responsabilidad del médico por los actos de su vida privada.

Al ejercicio de la medicina se han introducido tantas modalidades, que el ex Juez Presidente de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional, le dedicó decenas de párrafos.

Hace distinciones, por otro lado, en casos en que existe gran confusión, como conciliación y mediación, en delitos contra la mujer, como agresión, acoso, violación sexuales.

Prácticamente todo lo que intranquiliza al ser humano está descrito en esas 643 páginas, en forma clara, desde la A hasta la Z, en este volumen primero de su género que se publica en República Dominicana.

El magistrado respondió interrogantes que numerosos amigos y allegados le planteaban en el diario vivir. Sin embargo, pasó largos años investigando, examinando instancias en torno a las cuales la gente expresa tener mayores problemas. La bibliografía nacional y extranjera que lo sustenta,  experiencias que presenta,  casos que pone como ejemplos, constituyen un trabajo minucioso, de gran esfuerzo y laboriosidad.  Aparte de las situaciones comunes, incluyó en este impactante volumen que en  poco tiempo es ya parte de bibliotecas de profanos y especialistas, otros temas tradicionalmente tratados en Derecho a los que en los últimos años se han introducido modificaciones, lo que hace más útil y completo este “Abogado de bolsillo”.

La conducta de ciertos profesionales del Derecho es, por cierto, un asunto que detalla con amplitud, explicando cómo debe proceder la víctima de un  pérfido, traidor.

El “Diccionario Jurídico 9-11” es, para el enjundioso escritor, un manual de primeros auxilios que no va a sustituir al abogado pero sí puede proteger a la gente de “picapleitos inescrupulosos y marrulleros desleales”.

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