El Año del Envejeciente, que casi finaliza, pasó sin pena ni gloria, según la presidenta de la Fundación Hogar Bet-El, Ana de Jesús Restituyo, que cerró tres casas de acogida para personas en edad avanzada, una en Monte Plata y dos en el Gran Santo Domingo, por falta de recursos.
Afirmó que los envejecientes deben ser incluidos en el sistema de Seguridad Social y crear asentamientos donde el Estado proporcione alimentos, medicamentos y atención médica a los ancianos e informar debidamente sobre las facilidades que existen para esas personas, que ya son más de 700 mil.
Ayer el Bet-El ofreció un pasadía a los ancianos en ocasión del fin del Año del Envejeciente.
Esa entidad recibe una subvención mensual de 134,000 pesos, recursos que usa para cubrir el pago de dos de cinco de sus empleados, comprar comida y medicamentos.
Esa institución, ubicada en la calle Juan Isidro Pérez, atiende a 60 personas con edades entre 60 y 90 años, a quienes les dan gratis las principales comidas, medicina y atención médica.
Lamentó la precariedad con que realizan sus labores diarias y que muchos de los ancianos que allí acuden tienen que salir al atardecer a dormir en condiciones precarias. Consideró necesario que se les aumente la subvención.
Que compren casa. Restituyo pidió al Estado que compre la casa donde funcionaba la librería Fersobe, en la avenida Mella, cuyo patio coincide con el local de la Fundación Hogar Bet-El, en la Juan Isidro Pérez, que se está vendiendo en RD$8.0 millones.
Explicó que su interés es restaurar esa casa y convertirla en un asentamiento para ancianos en condiciones difíciles, que ahora duermen en cualquier lugar y otros en un área habilitada por la Iglesia Comunitaria Cristiana (en el antiguo cine Olimpia) en su patio de la Arzobispo Portes.