AME3221. CAÑUELAS (ARGENTINA), 04/02/2021.- Fotografía del 28 de enero de 2021 que muestra trabajadores de la fábrica de frigoríficos Samsung en la planta de Visuar, en la localidad bonaerense de Cañuelas (Buenos Aires). La actividad industrial de Argentina cayó un 7,6 % en 2020, su tercer año consecutivo en retroceso y la mayor contracción de la serie histórica que arrancó en 2016, debido al impacto de la pandemia de coronavirus en la maltrecha economía del país suramericano, en recesión desde hace casi tres años. EFE/ Enrique García Medina
Economista atribuye situación a falta de credibilidad en la política económica
Las empresas que se compran en Argentina se pagan a «precio de remate, afirmó el economista Ariel Coremberg, quien atribuyó la situación a la falta de credibilidad de la política económica del Gobierno.
El economista dio sus definiciones sobre la situación actual y opinó que se está produciendo un fenómeno de desnacionalización y que no hay que confundir la inversión con «un cambio de mano» de dueños de las compañías que adquieren a un precio bajo»La devaluación de la gestión anterior y la de esta, junto con la cuarentena estricta, hizo que el precio de las empresas argentinas sea muy barato. Es un fenómeno muy parecido al del 2001.
Hay una desnacionalización de las empresas inducida por la política económica de este Gobierno que en su falta de credibilidad hace caer su valor», dijo Coremberg.
En su análisis dio como ejemplo la reciente adquisición de Edenor por parte de los empresarios Daniel Vila, José Luis Manzano y Mauricio Filiberti.
«Este caso fue el de residentes argentinos que se animan a producir en un sector de servicios públicos totalmente controlado y regulado y con la incertidumbre que tiene el país. Pero comprar una empresa hoy en argentina es comprar a precio de remate y no necesariamente se las utiliza para producir», dijo el analista económico.
Para Coremberg hay que ver cómo será el repunte de la actividad productiva este año y el siguiente.
«También ver cómo se va a bajar el riesgo país que, aún después de haber renegociado supuestamente con éxito la deuda pública externa, sigue siendo cuatro veces mayor que el de los países vecinos», agregó.
En ese contexto para Coremberg no hay señales de que lleguen inversiones al país.
«Es difícil que lleguen. Las últimas cifras oficiales del Indec reflejan que hay una desaceleración en la caída de la inversión pero se debe a la compra de productos importados. La brecha cambiaria entre un dólar oficial de importación es muy barato, próximo hoy a $90 y un dólar de exportación de soja que está a $54. Mientras que dólar contado con Liqui y dólar mayorista está alrededor de $150 y el blue un poco más», agregó.
De acuerdo con su análisis, esto genera que sea rentable «stockear» importaciones. Es decir, que para quienes habitualmente usan bienes importados, y cuentan con un ahorro de capital, les conviene comprar importaciones por adelantado aun cuando no las necesitan para producir.
«Este fenómeno es muy habitual en economías muy inflacionarias con brecha cambiaria de más del 50% como estamos viendo hoy y que se vuelve persistente. Hay una caída de exportaciones porque al exportador no le conviene exportar a este tipo de cambio, y una suba de importaciones, no por una virtud en la reactivación de la economía sino por el hecho de hacerse de existencia de bienes durables», dijo.
Según Coremberg lo que se ve es un repunte en el material de transporte importado como vehículos de carga, automotores usados y otros bienes solo porque están baratos.
Siguiendo su análisis destacó que no hay que confundir «una burbuja de bienes durables», por el precio bajo del dólar de importación, con una reactivación económica a la que calificó de «muy leve».
En referencia al resto de la industria agregó: «Está cayendo la inversión del sector minero y petrolero. Cayó también la de maquinaria y equipo.