Hoy 
El expresidente de la Junta Central Electoral (JCE), doctor Juan Sully Bonelly afirmó ayer que el tribunal electoral que presidió hasta 1998 jamás cobró incentivos de especie alguna.
“Lo que si hicimos”, expresó, “fue establecer incentivos para el personal subalterno, para la empleomanía que trabajaba horas extras y se merecían ese pago, que nunca fue a favor de nosotros”.
Bonelly reaccionó de esa manera ante declaraciones atribuidas ayer en HOY al actual presidente de la JCE, doctor Julio César Castaños Guzmán, quien dijo que los incentivos fueron establecidos en 1998.
Bonelly presidió la JCE junto a los magistrados Luis Mora, Alejandro Asmar Sánchez, Cirilo Collado y Armando Vallejo Santelises.
El asunto de los incentivos a los jueces de la JCE se ha convertido en tema público desde que la juez Aura Celeste Fernández los rechazó y los consideró un fraude a la ley. Castaños Guzmán dijo que dado que una juez considera el asunto fraudulento, lo someterá a la consideración de la Cámara de Cuentas, aunque consideró que en términos jurídicos, la doctora Fernández “está equivocada.
Bonelly en 1998, renunció la presidencia de la JCE y fue remplazado por una nueva junta presidida por el doctor Manuel Ramón Morel Cerda.
Bonelly reiteró que jamás cobró incentivos y que cuando viajó al exterior, lo hizo en clase económica, como también lo hicieron los demás magistrados. Afirmó que, en una ocasión, viajó con su esposa a Colombia después de las elecciones de 1996 y cubrió todos los gastos, incluyendo el pase a su citada esposa. Dijo que los jueces del tribunal que presidio se ocuparon del gran trabajo interno que tenían y por eso no viajaban con frecuencia. Explicó que en la JCE devengaba un salario de 12,000 pesos, que fue subido a 34,000 en 1997, sin el descuento de la Dijo que unos gastos de representación que se fijaron para los jueces de la corte electoral nunca se usaron, pues la Contraloría de la República comunicó que los mismos habían sido suspendidos. Dijo que aún cuando las sumas llegaban a la JCE, nunca se tocaron y, por el contrario, se acumularon y fueron entregados a sus sucesores.
