Dice medidas alejan turistas zona colonial

Dice medidas alejan turistas zona colonial

POR LLENNIS JIMÉNEZ
La Asociación de Dueños de Restaurantes de la Ciudad Colonial denunció ayer, que los turistas se están alejando del centro histórico y suspendiendo sus estadías, debido a que cuando dan las 12:00 de la noche son levantados de sus sillas, sin terminar sus cenas y bebidas. Los propietarios de establecimientos en la Zona Colonial responsabilizaron a las patrullas policiales y militares de ahuyentarles la clientela turística.

Dijeron que los agentes los obligan a cerrar sus puertas a la media noche, en cumplimiento de la medida presidencial que ordena limitar la venta de bebidas alcohólicas, dejando a los turistas con los platos en la mano.

Informaron que la estricta vigilancia policial, con el uso de armas largas, afecta el programa de animación artística y cultural que promueve la Secretaría de Turismo, con una inversión millonaria, y desmotiva a los turistas que gustan caminar por las calles y plazas. Quieren un patrullaje más sutil, que no aleje al turista que viene impresionado por lo antigua que se ve la Zona Colonial.

Demandaron del gobierno revisar las disposiciones del decreto 310 que regula el funcionamiento de los centros de diversión, argumentando que desde que se dispuso suspender el servicio a las 12:00 de la noche, de lunes a jueves, sus ventas cayeron en un cerca de un 50%.

El presidente de la Asociación, Luis Brocker, solicitó a los funcionarios una reunión para buscarle una salida a la situación y que conozcan las propuestas alternativas que tienen, con lo que evitarían que los establecimientos cierren sus puertas.

Los planteamientos fueron hechos ayer por los dueños de los restaurantes Pat’e Palo, que preside Brocker; Los Tres Mosqueteros, Alain Le Peltier; Hard Rock, Peter Gauter; Zegadredo Café Boutique, Luca Rossoni; Angelo, que dirige Angelo Ambrosio; La Terrasse, Kirssis Peña; Rita’es Café, Rita Mateo, y el Gran Charolais.

Los empresarios procuran la implementación de un plan para la zona como complejo turístico, similar a la organización que se le permitió al complejo turístico de la zona del Malecón, en la avenida George Washington.

Los propietarios de estos negocios en el perímetro de la Plaza de España, son de ascendencia holandesa, austriaca, francesa  y dominicanos que hicieron residencia en Estados Unidos. Los extranjeros con inversiones en este ramo, están casados con dominicanos y residen en el país desde hace muchos años.

Rechazaron que tengan que ver con las manifestaciones delincuenciales que motivaron al gobierno a restringir el horario de expendio de bebidas alcohólicas y censuraron la excesiva actuación de las patrullas militares que vigilan sus establecimientos, a quienes acusan de tener un tratamiento hostil, propio de “madrigueras de delincuentes”.

Brocker advirtió que de continuar ese tipo de comportamiento con la clientela y los dueños de los negocios situados en las calles Isabel La Católica con Emiliano Tejada, El Conde y Las Damas, esa oferta turística y atractivo nocturno, principal en la ciudad de Santo Domingo, podría desaparecer.

Manifestó que en los últimos años la Zona Colonial ha logrado un desarrollo y un cambio significativo, tanto con visitantes nacionales como internacionales, por lo que mejoraron la iluminación, la seguridad y la limpieza en un trabajo conjunto con el Ayuntamiento del Distrito Nacional, la Secretaría de Turismo y las juntas de vecinos.

“Uno de los mayores logros ha sido el desarrollo en el horario nocturno, de manera sana y divertido. La mayoría de nuestros restaurantes no opera en el día, comienzan a recibir su clientela después de las nueve de la noche”, consideró Brocker.

Indicó que muchos de los restaurantes de la Zona Colonial organizan reuniones, bodas, cócteles, por lo que se les hace difícil controlar el horario.

El presidente de Pat’e Palo contó que los turistas acostumbran a frecuentar sus restaurantes a las 10:00 de la noche y que como suelen ordenar comida a la carta, normalmente la cocina se tarda un promedio de dos horas, por lo que a las 12:00 de la noche tendrían que detener el servicio, en momento en que está siendo consumido.

Adujo que a partir de la promulgación del decreto tienen que cerrar la cocina y el bar a las 11:00 de la noche, para poder cobrarles a las personas antes de la hora en que deben cerrar. La gente apenas tiene dos horas de disfrute, “cuando la comida es nuestro principal negocios”. Señaló que no han podido llegar a una solución con la Secretaría de Turismo.

Precisó que los turistas generalmente vienen a Santo Domingo por corta estadía. Durante el día se ocupan de sus negocios, atienen sus actividades, juegan golf, van a la playa, excursión, se quedan en la piscina tomando sol o se van a un spa. Al terminar el día toman un respiro y en las noches salen, después de las 9:00 a disfrutar la vida nocturna, incluyendo un buen restaurante.

“No he visto en ninguna parte del mundo una estricta restricción de horario en las áreas históricas-turísticas y gastronómicas. En la generalidad de los casos, las personas tienen negocios mixtos, de hotel, hostales y restaurantes. Los restaurantes tienen un gran apoyo de los hoteles, porque a veces no tienen restaurantes”. Contó, tras señalar que su principal negocio es la comida y la bebida es complementaria.

Los propietarios de restaurantes en la Zona Colonial manifestaron que el horario implementado por el gobierno es muy complicado e insostenible para muchos de ellos.

Brocker opinó que muchos de ellos se han organizado tratando de cumplir con el decreto, empero, por lo difícil que es, “solicitamos una reunión urgente con el gobierno para evitar que la Ciudad Colonial se convierta otra vez en fantasma”.

Asimismo, manifestó que si los restaurantes de la Zona Colonial suspenden sus actividades, se dará la “penosa” situación de que muchas familias serán afectadas con el desempleo, debido a que los camareros, por citar un caso, tienen un salario de RD$17,000, sin las propinas y otra serie de beneficios.

Estos establecimientos tienen, además, que aportar parte de sus ganancias para el mantenimiento del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) y pagar los impuestos de operación.

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