Contrario a lo que afirman las actuales y pasadas autoridades de la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CDEEE) y de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, esta central nunca ha sido dotada de un relleno sanitario como establece el Estudio de Impacto Ambiental elaborado por la empresa canadiense Golder Associates.
Esto porque si en la Central Termoeléctrica Punta Catalina no existe, como de hecho no hay, una planta de tratamiento de los lixiviados tóxicos que producen las cenizas colocadas en el depósito, vertedero y cenicero, es incorrecto y erróneo denominar y afirmar que dicha central posee un relleno sanitario, ya que debido a la ausencia de una planta de tratamiento para los lixiviados tóxicos de las cenizas almacenadas en el vertedero y cenicero existe un inminente peligro para la salud, seguridad pública y medio ambiente, según el ingeniero Bernardo Castellanos.
En consecuencia, el depósito donde se vierten las cenizas producidas por la combustión del carbón para generar electricidad en la Central Termoeléctrica Punta Catalina, en lugar de ser un relleno sanitario, con lo cual se cumpliría con el compromiso asumido por la CDEEE en el Estudio de Impacto Ambiental, lo que es en la realidad es un vertedero y cenicero, como bien calificó en su momento el Ministro de Energía y Minas.
“La Central Termoeléctrica nunca ha tenido un relleno sanitario, ni en la actualidad, ni en el pasado, sino que lo que ha tenido ha sido un vertedero y cenicero”, reitera Castellanos.
Dijo que la bomba ambiental que representan las cenizas de la central por carecer de una planta de tratamiento de los lixiviados tóxicos que ellas producen debe ser desactivada a la mayor brevedad posible.