Hans-Werner Sinn, profesor de Economía en la Universidad de Munich, cree que el plan de Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, para que los países del euro se adhieran a la euro cuanto antes «será un desastre para Europa».
Sinn asegura en un artículo publicado en Project Syndicate, que la eurozona es «como un grupo de senderistas que está perdido. Quieren llegar a un castillo que se ve a la distancia sobre una colina, pero el camino que llevan parece ir en otra dirección, y quien los guía solo les pide ir más rápido».
Este economista alemán destaca que cada vez es más evidente que crear el euro ha sido tomar un camino equivocado.
«La moneda común causó una burbuja crediticia e inflacionaria en el sur de Europa», asegura el experto.
Ahora, Juncker ha pedido a los países del este de Europa que tomen los pasos necesarios para unirse al euro cuanto antes, parece que el presidente de la Comisión Europea ha olvidado la crisis y el sufrimiento de los países del sur de Europa.
«En vista de los problemas que ya hubo en la eurozona, es una propuesta sumamente peligrosa, que de concretarse, probablemente impulsará la misma clase de sobrecalentamiento destructivo que hemos visto en el sur de Europa. De hecho, viendo venir su entrada en el euro, las familias búlgaras, croatas y rumanas ya han acumulado un exceso de deuda en moneda extranjera (sobre todo euros), y esto ha generado importantes dificultades financieras», subraya el profesor de la Universidad de Múnich.
Permitir que estos países entren en el euro antes de que se produzca una convergencia económica real podría provocar grandes desequilibrios: «La abundancia artificial de crédito barato inflará las pensiones estatales, los salarios de los empleados públicos y las transferencias sociales. Y esto a su vez llevará a un sobrecalentamiento del mercado inmobiliario y aumentos de los salarios locales, lo que debilitará la competitividad». Como le ha ocurrido a los países del sur de Europa, para recuperar esa competitividad perdida y sanear su economía no podrán devaluar sus divisas, porque estarán dentro del euro, por lo que tendrían que implementar una devaluación interna larga y dolorosa.