El ingeniero Luis Cuevas afirmó que se debieron a errores humanos las inundaciones que provocó el desagüe de la presa de Tavera en diciembre de 2007, cuando el país recibió el impacto de la tormenta Olga, un fenómeno que causó grandes estragos y que se produjo fuera de la temporada ciclónica que culmina en noviembre.
Al hacer las precisiones, Cuevas explicó que el protocolo indica que ante la ocurrencia de tormentas o huracanes se deben tomar medidas 24 ó 36 horas antes que esos fenómenos pasen por las cuencas o por cualquier zona del territorio dominicano.
Sin embargo, el general Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencia (COE), dijo que no hubo tal error, porque con la milimetría de lluvia que cayó en la cuenca del Yaque del Norte era necesaria la operación de la presa en la circunstancia en que ocurrió.
Lamentablemente fallecieron personas en esa época, pero se determinó que el manejó fue el más apropiado, porque la lluvia excedió la capacidad de almacenamiento de el embalse de Tavera.
La coordinación. Cuevas, quien forma parte del Comité Nacional de Presas, dijo en otro orden que ese organismo trabaja en coordinación con la Oficina Nacional de Metereología (0NAMET) para poder determinar, sobre todo durante la temporada ciclónica, la cantidad de agua que caerá y que deberá ser sacada del embalse de las presas para evitar inundaciones.
El trabajo del Comité de Presas es prevenir antes de que comience a llover para evitar situaciones de peligro.
Sobre el particular, destacó que todas las presas del país tienen poblados aguas abajo de los embalses, lo cual representa un riesgo constante.
En ese sentido, dijo que el huracán George, que impactó el país en 1998, produjo 14,000 metros cúbicos por segundo en la presa de Hatillo y 6,000 metros cúbicos en la presa de Sabana Yegua.
La red del Indrhi. Con relación al sistema de monitoreo de las precipitaciones atmosféricas, Cuevas dijo que en 1998 el Instituto Nacional de Recursos Hidráhulicos (INDRHI) tenía 160 estaciones diseminadas en todo el país, pero 100 de estas quedaron destruidas por la furia del ciclón George.
El funcionario destacó la importancia de esos equipos, que tienen un precio que alcanza los US$15,000, y refirió que la dirección del INDRHI trabaja para mejorar esa red de información hidrológica.
En cada subcuenca se necesita una estación de precipitación telémetrica y de registro de caudales para que sirvan de alerta a la población, para que se sepa la cantidad de agua que llegaría a cada cuenca. Pero también es importante destacar que la sostenibilidad del sistema es importante, y esta depende del mantenimiento de los equipos, dijo el ingeniero Luis Cuevas.