El sacerdote  superior de la Compañía de Jesús (Jesuitas), David Pantaleón, dijo hoy que en el país se está manejando un “discurso y diplomacia de la confusión” con relación a la sentencia del Tribunal Constitucional (TC), TC – 168/13, que quitó la nacionalidad a los hijos de inmigrantes irregulares que nacieron en el país a partir de 1929.

Entrevistado por los periodistas Marino Zapete y Edith Febles, en el programa El Despertador, el religioso manifestó que lo importante es que los sacerdotes sean críticos de la sentencia del TC, ya que muchos se han silenciado para evitar conflictos.

«Hasta ahora las opiniones han sido personales, hay que esperar una postura institucional, esto amerita una oposición pública institucional», consideró.

En tanto, valoró como positiva la acción del papa Francisco de opinar en torno al fallo del TC.

“El Papa no tiene ese “bozal”, el tiene una valentía grande, el mismo ha criticado la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, apuntó.

Sin embargo, Pantaleón criticó que muchos curas ofrecieran su punto de vista de la sentencia y no saliera a relucir en los medios de comunicación.

“Todos los superiores de órdenes religiosas hicimos una declaración en contra de la sentencia, claro, no salió en la primera plana de los periódicos, porque esas declaraciones no les interesan, pero sí hubiese sido apoyándola, estaríamos en el discurso público”, expresó.

Pese a esto, vaticinó que la sentencia podría tener consecuencias negativas, por lo que entiende los clérigos deben dar una voz de alerta.

“Esta no es una situación pasajera, esto va a marcar a mucha gente. Si la sentencia se cumple como quieren los que la manejan, entonces va a provocar una situación dramática con muchas consecuencias, y tenemos que tener una palabra, no podemos callar, no podemos darnos el lujo aunque tengamos una opinión crítica personal”, puntualizó.

El cura jesuita lamentó la realidad de que los jefes de la Iglesia no amparen a los extranjeros ilegales.

“Es una tragedia cuando la fe y la justicia de los curas no van de la mano. Nosotros como Iglesia necesitamos seriamente plantearnos el futuro de toda esa gente”, sostuvo.