POR ELÍAS RUIZ MATUK
El ex presidente de Costa Rica, Oscar Arias, abogó ayer porque en los países de América Latina se invierta más en educación antes que en pertrechos militares. Mientras que el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, consideró que los gobiernos no ganarán la batalla contra el terrorismo a menos que exista el convencimiento y una integración entre los pueblos y los Estados.

Arias y Cardoso participan junto a un grupo de invitados extranjeros en la XII Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo, que se desarrolla en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE) en Santo Domingo con el tema El Mundo Después del Terrorismo.

Arias consideró que es una utopía la expresión de que «si queremos vivir en paz hay que prepararse para la guerra» y criticó que se inviertan $900,000 millones en armas y en soldados en América Latina.

Dijo que en Costa Rica se acordó «silenciar las armas» para poder vencer el hambre, una idea que estimó debe pasarse a todo el mundo.

Dijo que luego de que Costa Rica y Panamá eliminaron sus ejércitos, sus fronteras se han convertido en una de las más seguras del mundo.

Afirmó que en América Latina se ha vuelto a comprar armamentos y advirtió que «la mejor manera de aumentar la pobreza es gastando en armas».

Ciertamente el terrorismo es una amenaza, dijo, pero no la única que existe en el mundo. Afirmó que para cumplir con las metas del milenio acogidas por las Naciones Unidas para disminuir la pobreza no existe la voluntad política, porque entiende que el mundo se ha vuelto más egoísta.

Criticó que el perdón de la deuda externa a los países más pobres del mundo «ha llegado muy tarde y la ayuda es muy poca».

Dijo que Estados Unidos, en cambio, ha premiado a los países que compran armas y por tanto dejan de invertir en educación.

CARDOSO

De su lado, Henrique Cardoso, presidente del Club de París, dijo que existe un proceso de universalización en el que los gobiernos no ganarán la batalla solos, si no existe el convencimiento de la propia gente en que debe producirse la unidad entre los pueblos.

Dijo que si no se logra convencer a los gobiernos se mostrará una incapacidad de ganar la batalla ideológica, representada por el fundamentalismo, por lo que consideró que la lucha debe ser librada con una visión amplia.

Afirmó que el terrorismo mata inocentes para obligar a un gobierno a tomar una decisión, lo que consideró va contra la vida, uno de los valores universales.

Consideró que si es legítima la petición de los grupos, solo el hecho de matar a personas civiles que no están involucradas en la violencia le quita legitimidad a cualquier petición.