Las ventas de fin de año no reflejaron el incremento que muchos esperaban y aunque se reactivaron desde mediados de diciembre pasado, la afluencia de compradores no fue muy superior a años anteriores.

Hasta las ventas de canastas con licores y exquisiteces propias de la época navideña fueron restringidas, primero porque sus precios se duplicaron y segundo, porque una gran cantidad de quienes las demandaban se abstuvieron de hacerlo por disposición oficial y otros, por seguir la corriente.

Fernando García, de la Asociación de Empresas Comerciales (ONEC); Manuel Roa, de la Asociación de Fabricantes de Muebles (ASONAIMCO) y Juan Julio Brea, representante de la Asociación de Distribuidores de Muebles y Electrodomésticos, por separado, reconocieron que este año hubo un descenso significativo en las ventas finales, que se calcula entre un 20 y un 35 por ciento.

No obstante, García reconoce que aunque en el volumen hubo una significativa reducción, los ingresos fueron prácticamente iguales, por los aumentos que registran la mayoría de los artículos.

En algunos centros comerciales se observaban largas filas, pero en los bancos donde las personas acudían, principalmente a retirar dinero y cambiar cheques, se pudo comprobar lo contrario.

«La temperada navideña ha sido muy débil, porque el consumidor tiene muy poco dinero en el bolso y cuando lo tiene, está devaluado, con un reducido poder de compra y en ese sentido sabemos lo que está pasando», comentó García.

De su lado, Brea sostuvo que las ventas de electrodomésticos descendieron en más de un 20 por ciento, con relación al mismo período del 2002 y lo atribuye a la falta de circulante y al aumento en los precios de muchos artículos.

Tradicionalmente, en el fin de año, los dominicanos cambiaban el ajuar de los hogares, aprovechando el aumento en los ingresos por el doble sueldo y bonificaciones, sin embargo, en el 2003 la costumbre varió, según Roa y Brea, que coincidieron en señalar que las ventas de muebles, electrodomésticos y artículos decorativos, fueron muy bajas.

Las ventas de ropas y calzados también disminuyeron, sobre todo, por los altos precios que exhiben esos artículos, muchos de los cuales se dispararon hasta en un 100 por ciento.

A finales del 2003 fueron muy pocos los centros en cuyas cajas se observaron largas filas como ocurría en años anteriores para el período navideño, cuando la gente acude a las tiendas a comprar alimentos, ropas, calzados y hasta los ajuares del hogar.

Se espera que este fin de semana haya una mayor reactivación en la actividad comercial con las ventas de juguetes, ya que el día seis de este mes es el Día de los Reyes.

Este año muchas empresas y personas decidieron prescindir de la inversión en canastas navideñas, ante los altos precios que exhibieron.

La mayoría de los componentes de las canastas, como son los vinos, whisky, licores, pasas, peras, uvas, manzanas, dulces, son importados y por tanto, sus precios reflejaban la devaluación del dólar en más de un 100 por ciento, el aumento de los impuestos y hasta de la alta tarifa eléctrica y los bajos salarios.