POR LLENNIS JIMÉNEZ
Testigos de la muerte a tiros del taxista Isaac Reynoso Rosa, a manos de un oficial de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) la semana pasada, declararon que el teniente José María Alcántara Rodríguez le disparó en la cabeza, a quemarropa, lo lanzó al pavimento y presenció su agonía hasta que falleció, narraron ayer su madre y sus hermanas.

Reynoso Rosa era un adventista, bautizado hace siete meses. A muy temprana edad fue limpiabotas y posteriormente mecánico, para responsabilizarse del sustento de su familia.

Dominica, su madre, y sus hermanas Rosanna y Joselín acusan a la AMET de negligente y de retener los resultados de las investigaciones de la muerte de Isaac, de la que dicen que se enteraron un día después, cuando a tres de los implicados un tribunal los puso en libertad bajo fianza.

Los familiares de Isaac y su abogado Whenshy Wilkerson denunciaron que su pariente fue víctima de una tortura bárbara, cometida por el teniente de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD) y otros tres agentes de la AMET, quienes a golpes le partieron la boca, le sacaron dientes y le marcaron el rostro, como se aprecia en las fotos del cadáver.

Dijeron que un vídeo elaborado por un aficionado que presenciaba el hecho muestra la agresión brutal que cometió el agente contra Isaac. Se preparan para solicitar que los tribunales requieran a los agentes Hipólito Antonio Tejada, Miguel Ángel Peguero Ureña y Euri Cuello Suero, puestos en libertad por el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional luego de haber pagado cada uno una fianza de cien mil pesos.

Los familiares de Reynoso Rosa insisten en que los tres agentes puestos en libertad son coautores del asesinato y consideran que ayudaron al teniente Alcántara Rodríguez a golpearlo. Creen que AMET evitó que la familia acusara a los implicados, pero advirtieron que recopilan pruebas para formalizar la querella y constituirse en parte civil.

Isaac, de 29 años de edad, creció en una familia de fe adventista. Dejó huérfana a su hija Isaury, de cinco años, y era considerado un hombre tranquilo por sus vecinos del sector Vietnam, en Los Mina, donde su tragedia provocó consternación.

Su madre y el abogado Wilkerson dijeron que Reynoso Rosa laboraba en la compañía Excelente Taxi y que cargaba todos sus documentos de identificación, pese a que AMET alegaba que no pudo contactar a sus familiares, que se enteraron del caso por vía no institucional.

La novia, Yurqueidy Vicente, al igual que los primos de la víctima, Gerson y Jalix Muñoz, demandan de las autoridades esclarecer el hecho, ya que no creen que el móvil haya sido una persecución por infracción a la Ley de Tránsito, como sostiene el teniente inculpado.

DESMIENTEN USO DE ARMA

Según el teniente Alcántara Rodríguez, él persiguió a Reynoso Rosa por violar una señal de tránsito en la intersección de las avenidas Tiradentes con Roberto Pastoriza hasta la 27 de Febrero, próximo a la panadería Sum, donde indica que lo habría intentado herir con una arma de fuego.

Al respecto, su madre y su primo Muñoz negaron que Isaac estuviera arma de fuego y menos que supiera manipularla.

Señalaron que el agente ha variado los hechos en su interés de confundir al conductor con un delincuente, ya que sostiene que el taxista le fue encima y que una persona armada se lanzó del carro en el trayecto, cuando testigos afirmaron que se rindió con las manos en la nuca.

El teniente Alcántara Reynoso fue puesto a disposición de la justicia y el director de AMET, mayor general José Sigfredo Fernández Fadul, dijo que la entidad se desliga del hecho. El organismo policial entiende que la persecución fue innecesaria.

El abogado Wilkerson insiste en que el oficial de AMET ha querido distorsionar su propia versión, además de que salió de la jurisdicción donde supervisaba el tránsito. Negó que el taxista intentara agredir al AMET con su carro, cuando se supone que emprendió la huida.

Sostuvo que tampoco es cierto que la víctima disparara al vehículo del teniente, como éste afirma, debido a que comprobaron que el impacto de bala se produjo desde la parte trasera del jeep del oficial y el conductor iba delante de él.

Dominica declaró que quiere que la muerte de su hijo sea dilucidada en los tribunales para que los culpables paguen y sepan que no mataron a un perro, sino que segaron la vida de un padre de familia.