Dicen pareja tenía relación con altibajos

<p>Dicen pareja tenía relación con altibajos</p>

POR ODALIS MEJIA Y ELIAS RUIZ MATUK
La unión marital entre el coronel del Ejército Nacional  Héctor Durán y su victimaria Margarita Liranzo Ureña estaba llena de altibajos tanto por las crisis nerviosas constantes de esta mujer, de quien sus vecinos no hablan muy bien, como por los actos de infidelidad del oficial.

Según testimonios, Liranzo Ureña llevaba más de diez años de relación con Durán, a quien hacía pasar por su hermano frente a  su primer esposo, un italiano de avanzada edad y quien le compró la residencia número 7 de la  calle El Arca, del sector Altos de Arroyo Hondo, hace alrededor de 20 años.

Una de las primeras residentes en la zona, quien no quiso identificarse,  recuerda con nostalgia al ciudadano italiano, al que definió como muy cariñoso con los pocos niños que residían allí,  y a quien, según ella,  Liranzo Ureña maltrataba constantemente.

Narra que un día incluso llegó a pegarle al italiano con un bate de béisbol en la cintura que le dejó marcada la hebilla de la correa y le echó a la calle, por lo que tuvo que amanecer en una casa en construcción junto a unos obreros haitianos.

Esta golpiza, Liranzo Ureña se la propinó porque supuestamente su esposo había descubierto que Durán era su amante, y no su hermano como ella decía. Luego vino la muerte del italiano, alegadamente asfixiado. Ningún vecino supo dónde fue el velatorio ni el entierro.

A partir de ahí, Durán se presentaba ya como marido de Liranzo. Pero al parecer no todo era color de rosa, ya que Liranzo Ureña inició una obstinación con él y los celos eran constantes, siempre de acuerdo con el testimonio.

Una de las crisis en la relación sucedió cuando Liranzo Ureña se enteró de que su trabajadora y persona de confianza estaba embarazada de Durán. De ese embarazo nació una niña que ahora tiene tres años y para cuya manutención su madre tuvo que acudir al Ejército Nacional. Hasta el día de la muerte de Durán, la niña recibía una pensión alimenticia.

Liranzo Ureña tiene una hija que vive en Estados Unidos y a quien muy pocos de los vecinos  ni empleados han visto porque en raras ocasiones,  durante años,  iba a visitarla. Supuestamente su madre la expulsó de la casa.

VECINOS

La relación de Liranzo Ureña con sus vecinos no era muy buena y,  según relatos, ella  tuvo varios conflictos al punto de ser sometida a la justicia por golpear a un niño de siete años que accidentalmente le tumbó una planta ornamental.

En una ocasión Liranzo Ureña envenenó a diez gansos de una vecina. También una vez rompió un cheque de RD$3,000 que se le estaba pagando por compensación de un perro suyo que fue muerto por otro de un vecino. Narran que esa vez agredió incluso al abogado del vecino y rompió algunos cristales de su vehículo.

Liranzo Ureña era amante de las plantas y el frente de su residencia, que hoy es custodiada por dos agentes policiales, tenía varias especies de adornos, al punto de obstruir el paso peatonal por la acera. Además, colocó losas en la calle que dificultan el paso cuando llueve. Estos hechos también han sido causa de conflictos con sus vecinos.

Pero para María Altagracia Mejía (Burín), la única vecina que se identifica como amiga de Liranzo Ureña, la actitud de ésta se debía a problemas de conducta, al punto que tenía que consumir medicamentos diariamente, y a su obsesivo amor por Durán.

«Yo le decía a ella: Margarita, si Héctor no te quiere, déjalo que hay cosas que no se pueden obligar. Pero qué va, ella veía por los ojos de ese hombre», narra Mejía al reiterar que Liranzo Ureña tenía problemas de cordura, ya que aún con el cadáver de su marido en la casa, cruzó y le saludó como lo hacía normalmente.

Marcelino García, quien custodia la casa de al lado de LiranzoUreña, señala que a ella se le tenía como una persona extraña porque no hablaba con los vecinos y sólo salía al supermercado y luego se encerraba en su residencia.

Los vecinos coinciden en que Durán  ya no residía de forma permanente con Liranzo Ureña y que al parecer estaba cansado de tener que mediar en los conflictos con sus vecinos y de sus celos.

Juan José Correa, otro vecino,  también relata que la pareja tenía una actitud extraña, sobre todo la mujer quien no era muy amistosa, pero que nunca pensó que podía ser una asesina. Muchos de los vecinos se enteraron de la tragedia al otro día debido al hermetismo que reinaba en torno a esa residencia. Otros con hasta dos años residiendo cerca, ni siquiera habían hablado nunca con ellos.

Mientras Pedro Ramón Grullard, quien había trabajado en la casa, define a la pareja como tranquila y buena, por lo que le sorprendió el hecho. Aunque dijo que Liranzo Ureña se mantenía bajo los efectos de medicamentos constantemente.

Margarita María Liranzo Ureña tiene 53 años de edad. Es nativa de Licey al Medio, Santiago. Mientras que el Duran tenía 44 años, era oriundo de San Cristóbal y había sido excluido de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en agosto pasado.

CONFESION

Margarita Liranzo Ureña confesó a los investigadores policiales que mató de un tiro en la cabeza a su esposo Durán Polanco, y que luego le cercenó el pene y se lo puso en la boca.

El  Ejército informó ayer que los restos del oficial serán enterrados hoy en el cementerio de Sainaguá, San Cristóbal, a las 11:00 de la mañana, donde se le rendirán los honores militares correspondientes a su rango.

Datos obtenidos dan cuenta de que Liranzo Ureña aparentemente sufre de trastornos mentales y que dijo a los investigadores policiales que había matado a Durán Polanco por «asuntos amorosos».

Una fuente de crédito dijo que la mujer colocó una almohada en la cabeza del oficial para que la detonación no se escuchara y, luego de cortarle el pene y colocárselo con un «tape» en la boca, puso un «brochure» en las piernas del oficial con un artículo referente al Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).

Investigadores que trabajaron en el caso dijeron a HOY que  debido a que Liranzo Ureña confesó el crimen, «ya no hay otra cosa que investigar, más que someterla a la justicia».

De acuerdo con la versión el hecho ocurrió alrededor de las 3:00 de la madrugada, luego Liranzo Ureña hizo el desayuno en su casa y horas después llamó a un hermano suyo que reside en Estados Unidos. Este llamó a su vez a un alto oficial de la Policía, que dio la voz de alarma en el departamento de Investigación y Homicidios que confirmó el hecho en horas de la tarde.

Oficialmente se dijo que en el Ejército existe gran consternación por la muerte del oficial superior, que actualmente ostentaba el cargo de oficial ejecutivo de la Segunda Brigada de Infantería, en Santiago.

El vocero del Ejército, coronel Puro de la Cruz Arias, dijo que esa institución castrense prefiere no referirse a las versiones, hasta que concluyan las investigaciones.

Mientras que el jefe del Ejército, mayor general Antonio Campusano López, designó al director de la División de Inteligencia (G-2) para que se sume a las investigaciones que hace el Departamento de Homicidios.

Durán Polanco había salido  de la DNCD el pasado 23 de agosto.

Había ingresado al Ejército el  primero de octubre del año 1983. Sus padres son Salvador Antonio Durán y María Polanco.

El  27 de febrero pasado fue ascendido a teniente coronel. El 23 de octubre de 2003 había sido ascendido  a mayor.  Tenía 23 años y dos meses en la institución militar.

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