POR GERMAN MARTE
Padres de familia de Invivienda dijeron sentirse desprotegidos ante la proliferación de bandas juveniles llamadas «naciones» y denunciaron que algunos agentes policiales son «cómplices» de los pandilleros.

No obstante, manifestaron que están decididos a luchar para enfrentar la situación y rescatar a sus hijos de las bandas, pero se quejan por el escaso respaldo de las autoridades.

Entretanto, el jefe de la Policía, el general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, anunció, a propósito del auge de las “naciones” en Invivienda, que desarrollarán un trabajo en coordinación con la comunidad para evitar que los jóvenes “se pierdan en el mal”.

En declaraciones exclusivas para HOY el jefe policial indicó que la Policía Comunitaria, que dirige el general Juan Tomás Taveras, tiene líneas de acción «muy claras» y determinadas en relación al trabajo con los adolescentes y seguirá vinculándose a la comunidad “para atraer al camino del bien a los menores antes de que puedan ser llevados por el camino del mal.”

De acuerdo con vecinos de Invivienda, incluidos padres de algunos miembros de bandas, la vigilancia policial en la zona es deficiente y aunque no los identifican, afirman que algunos policías les venden armas a los muchachos.

Mientras que ex miembros de dos de las pandillas que operan en el sector informaron a HOY que en ocasiones consiguieron armas ilegales a través de agentes policiales a quienes no identificaron.

RECIBEN AMENAZAS

Fue gracias al seguimiento que dieron algunos padres a las actividades de sus hijos que descubrieron que formaban parte de una banda.

Y desde hace tres meses decidieron organizarse, hacer reuniones semanales y el resultado no ha tardado en verse: varios adolescentes han sido rescatados de las bandas y ahora colaboran con los suyos y otros padres para sacar a más muchachos de las bandas, cuyo auge ha sorprendido a toda los residentes de Santo Domingo Este.

Pero ahora estos padres son amenazados por las pandillas, mientras las autoridades evaden defenderlos. Indicaron que antes del 16 agosto sostuvieron reuniones con el jefe policial de la zona, pero luego del cambio de mando, no han vuelto a tener contacto con los nuevos jefes policiales.

Reclamaron que el jefe de la Policía disponga una mayor vigilancia en el sector para controlar la delincuencia.

De acuerdo con el relato de los ex miembros de «naciones» que hablaron para HOY, en Invivienda hay más de diez grupos integrados por más de 30 menores cada uno. Pero en toda la zona operan al menos 32 bandas. Algunos de estas pandillas, como los Baby Blood, los Mercaderos y los Kings, se dedican a robar, vender y consumir drogas y pelear con bandas enemigas.

CAEN EN LAS BANDAS

La mayoría de los niños que se integran a las pandillas no lo hacen por maldad sino con la intención de «hacerle coro a algún amiguito», por imitación, por estar a la moda.

«Ellos prometen, que si tienes un problema con otro muchacho te defienden, y que ser parte de la banda no es ná, es sólo para estar en coro. Te dicen que somos hermanitos», explicó «Sandy» uno de los ex miembros de la banda «Amor y Cielo» que el viernes accedió a ofrecer declaraciones a HOY en Invivienda.

Al principio «pensábamos que era un relajo, una chercha», dijo el jovencito de apenas trece años.

Todo parecía «bonito» y atractivo para los adolescentes. Era un grupo del cual formaban parte, con códigos secretos, vestuarios atractivos, música y la camaradería que les faltaba en la casa.

Pero a medida que avanzaron en el grupo se comprometen de tal forma que al poco tiempo la disciplina arrecia y luego exigen dinero para comprar armas y aplican severos castigos a los que faltan a las reuniones o dejan de pagar su cuota.

Si los padres lo permiten muchos de los miembros de las «naciones» usan aretes, tatuajes y vestimenta al estilo «joe» o excesivamente holgada, pero en sentido general, son jóvenes «normales» capaces de durar meses formando parte de las bandas, sin que sus padres se enteren de sus acciones fuera del hogar.

«Por eso es importante que los padres estemos vigilantes ante los pasos de nuestros hijos y que sepamos quienes son sus amigos», dijo la señora «Antonia», una de las madres que ha decidido dar la cara para rescatar a su hijo de las bandas.