¿Dictaduras progresistas?

¿Dictaduras progresistas?

La permanencia en cualquier sociedad de un grupo gobernante por décadas, encabezado o no por el mismo líder, es y será perniciosa por más adornos retóricos o ideológicos que se le quiera poner.

Es dictadura, pues desnaturaliza la soberanía popular haciendo aparecer como “electo” a quien, abusando del poder y con maña, ha sido realmente “impuesto”.

Muammar Al_Gadafi celebró recientemente sus cuatro décadas como gobernante de Libia y el presidente dominicano estuvo allí, logrando, según voceros oficiales, promesas de inversiones multimillonarias para nuestro país, con lo cual, su paseo por África quedó justificado como “viaje de Estado”.

No es lo mismo promover al país que venderlo o empeñarlo con empréstitos o contratos que atentan contra la soberanía.

Los viajes del presidente Fernández tienen un “balance desconocido” con relación al costo-beneficio que impresiona como turismo, ridiculizando a nuestros diplomáticos en el exterior, dejándolos con el simple trabajo de coordinadores de las giras presidenciales.

Tal vez Al_Gadafi pueda exhibir riquezas petroleras que nos deslumbren, pero cuarenta años en el poder mueven a reflexionar sobre la posibilidad de que se trate de una tiranía que mantiene al pueblo en un penoso oscurantismo.

Aquí todavía algunos añoran a Trujillo cuando piensan en sus obras de infraestructura, pero la mayoría sigue pensando que el oprobio de esa dictadura ha pesado demasiado en la historia y desarrollo de nuestra nación y nos preguntamos qué hubiese ocurrido durante todos esos años con un régimen democrático, pluralista, honesto, sin nepotismo ni terror dirigiendo los destinos del país.

¿Se progresa más en las dictaduras que en las democracias? Queda la pregunta para el pueblo de Al_Gadafi y de paso para nuestro viajero presidente.    

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