Nueva Jersey, EE.UU. — Un hombre de Nueva Jersey que utilizó aplicaciones de citas para engañar y matar a tres mujeres hace cinco años fue condenado el miércoles a 160 años de prisión tras un juicio en el que se reveló que los amigos de una de las víctimas hicieron su propio trabajo de detectives en las redes sociales para descubrir al sospechoso.
Khalil Wheeler-Weaver, de 25 años, permaneció inmóvil mientras el juez dictaba la sentencia en el tribunal estatal de Newark. Antes de la sentencia, los familiares de las víctimas Robin West y Sarah Butler hicieron declaraciones cargadas de dolor.
En una breve declaración antes de hablar, Wheeler-Weaver negó ser el responsable y le dijo al juez de la Corte Superior Mark S. Ali que fue incriminado.
La madre, la tía y el hermano de Wheeler-Weaver estaban sentados en la galería del tribunal, pero no se dirigieron a la corte. Las condenas fueron por los tres homicidios, un intento de asesinato y otros cargos que incluyen secuestro, incendio intencional agravado y profanación de restos humanos.
La fiscalía del condado de Essex dio crédito a los amigos de Butler, una estudiante universitaria de Montclair, por usar las redes sociales para ayudar a la policía a encontrar a Wheeler-Weaver.
Los amigos obtuvieron acceso a las cuentas en redes sociales de la mujer asesinada, crearon una cuenta falsa, atrajeron a Wheeler-Weaver a una reunión en Montclair y notificaron a la policía, según los fiscales.
Tiffany Taylor, una cuarta mujer que sobrevivió a un ataque y declaró en el juicio de Wheeler-Weaver también proporcionó información crucial que ayudó a los investigadores, ya que los detalles de su ataque fueron similares a los de las otras víctimas.
Durante el juicio, los fiscales presentaron pruebas de que Wheeler-Weaver, entonces de 20 años, usó las apps de citas para engañar a las mujeres a fin de tener relaciones sexuales y estrangularlas.
Sus cadáveres fueron encontrados entre septiembre y diciembre de 2016 en el norte de Nueva Jersey. Los investigadores también presentaron evidencia del teléfono celular de Wheeler-Weaver que lo ubicaba donde las víctimas desaparecieron y donde se encontraron sus cuerpos.