Lisboa. Su vuelta a Portugal después de defender el Nacional de Madeira no podría haber sido más apoteósica para el portero suizo Diego Benaglio, una auténtica “muralla” que frustró al Sporting de Lisboa y salvó al Wolfsburgo alemán.

“Tenemos un buen portero que nos salvó la vida». Así de claro fue su entrenador, Dieter Hecking, para describir la exhibición de Benaglio, clave por mantener anoche a cero la portería (0-0) y rentabilizar el 2-0 de la ida de los germanos, que sellaron así el pase a los octavos de final de la Liga Europa.

Benaglio, internacional suizo de 31 años que también hizo sudar tinta a Argentina en el Mundial de Brasil, fue un muro con mayúsculas y defendió un puñado de remates con colocación y agilidad.   Quedó para los anales el duelo que trabó con el japonés Junya Tanaka, al que le negó el gol en los minutos 35, 38 y 45, éste último con un poste de por medio.

En el 75, Benaglio todavía volvió a impedir otro tanto al nipón con una nueva parada.   Diego Orlando Benaglio (Zúrich, 1983) volvió anoche a jugar en suelo luso, después de su experiencia en el Nacional (2005-2008).   Ya en su primer curso, el gigante suizo (1,94 metros) arrebató el puesto al meta Hilário, que acabaría por marchar en el 2006 al Chelsea de su compatriota José Mourinho.

Las excelentes prestaciones del portero ayudaron al Nacional a acabar quinto en la 2005-2006 y clasificarse a los torneos europeos.   En la segunda temporada, sumó 30 partidos y, en la tercera, 16, pues el Wolfsburgo le contrató en el ecuador de la temporada 2007-2008 a cambio de unos 1,5 millones de euros.

El entonces entrenador del Wolfsburgo era Felix Magath, que le conocía del filial del Stuttgart, su club de formación (2002-2005).   Antes del Stuttgart, Benaglio había representado el club de su ciudad natal, Zúrich, para jugar en el Grasshoppers, donde sumó 23 partidos.   En el Wolfsburgo, el meta helvético acumula 351 encuentros y un rotundo éxito colectivo.

En la temporada 2008-2009, fue titular indiscutible del Wolfsburgo campeón de la Bundesliga, la primera de la historia del club.   El suizo con ascendencia italiana también ha sido una de las referencias del combinado nacional.   Se estrenó en la absoluta en el 2006 en un amistoso contra China, y, en ese mismo año, fue convocado como tercer portero en el Mundial de Alemania del 2006.   Dos años más tarde, en la Eurocopa del 2008, ya era el titular de la selección de Suiza.

Estuvo en el Mundial del 2010 -alineó en la victoria ante la a la postre campeona España-, en los Juegos Olímpicos de Londres del 2012 y en el pasado Mundial del 2014.

En éste último torneo, Benaglio dejó a la Argentina de Leo Messi al borde del colapso gracias a otra portentosa actuación en los octavos de final, en el Itaquerao de Sao Paulo.   Negó el gol al propio Messi e Higuaín en varias veces, pero no pudo parar el remate raso de Ángel di María en el minuto 118, cuando el partido iba a los penaltis.

Éste encuentro acabó por ser el último de su carrera internacional.   Contra todo pronóstico, anunció su retirara con la selección Suiza, a pesar de estar en el auge de su forma a sus 31 años. EFE