Dientes perfectos sin brakes

Dientes perfectos sin brakes

POR ANNA JIMÉNEZ
Tanto para hombres como para mujeres con problemas ortodóncicos resulta tedioso tener que corregir su sonrisa, mordida o aspecto con los, muchas veces, dolorosos brakes. Sin embargo, un nuevo sistema invisible, sin alambres, ha empujado a muchos adultos a arreglarse la boca sin tener que preocuparse por la estética. Los correctores dentales ya no son sólo cosa de niños.

Sonreír, besar, hablar, gritar, bostezar… se imagina hacer todo esto sin miedo, con toda libertad; hoy parece un lujo del que solo los beneficiados con dientes perfectos pueden disfrutar. Por ello y por que cada vez son más los que no se conforman con bocas que no cierran como deben, en las que las piezas dentales se apiñan o se distancian demasiado las unas de las otras, hay más filas para sentarse en el sillón del ortodoncista. Lograr la sonrisa de Amelia Vega está de moda. El uso de correctores dentales para arreglar la alineación de la dentadura ha dejado de ser la pesadilla exclusiva de los más pequeños. En los últimos años, su uso se ha generalizado entre los adultos. En parte, gracias a la llegada de nuevos aparatos más estéticos, menos evidentes. Tom Cruise, Jodie Foster o Anna Kournikova no son solo ejemplos de aquellos que no han dejado que el sentido del ridículo les arruinase una boca casi perfecta. Y la lista va en aumento, inclusive quien firma este artículo también tuvo que pasar por la experiencia de usar brakes por unos años (¡ay, si hubiera salido este método antes!).

Máxime desde 2002, año en el que llega a República Dominicana un nuevos sistema para corregir la dentadura sin tener que llevar los tan rechazados hierros. Se llama Invisaling. «Es invisible y cómodo», tal y como lo definen sus propios creadores, la compañía estadounidense Aling Technology, y los ortodoncistas consultados por SALUD. «Cada vez más personas valoran el aspecto físico, y dentro de esta preocupación, una sonrisa bonita con dientes bien alineados es fundamental. Pero no todos pueden llevarlo y es más caro, por eso no se ha conocido tanto en el país» recuerda el Dr. Robert Núñez.

El interés de los fabricantes de prótesis dentales por acercar sus avances hacia el objetivo que más interesa a los pacientes , su estética y su salud, han ido poco a poco dando sus frutos.

La ortodoncia convencional se realiza con aparatos removibles (arcos) o fijos (adosados o cementados al diente), como es el caso de los brackets. Pero el enjambre de alambres y gomas que salta a la vista ha sido hasta hace poco el mayor obstáculo para que los adultos decidieran realizarse una corrección dental.

Es el caso de María Dolores, de 41 años, directiva de una entidad bancaria. «Yo trabajo de cara al público y pese a que una muela del juicio me provocó que uno de mis colmillos de la parte superior se montara, me negaba a ponerme aparato, me daba vergüenza», confiesa. En parte, por este motivo, surgieron otro tipo de brackets semitransparentes, elaborados con resina, cerámica –como los que en su día llevó Tom Cruise, por citar un ejemplo– o incluso zafiro que pasan más desapercibidos.

La búsqueda de sistemas aún más estéticos, además del empleo de materiales más discretos, ha dado pie a otras formas de ortodoncia como la llamada lingual o invisible, en la que los hierros tradicionales son cementados en la parte posterior de los dientes, lo que permiten que pasen totalmente desapercibidos.

Pero la vuelta de tuerca que faltaba la dio una compañía estadounidense con sede en Silicon Valley (la cuna de la tecnología), al sur de San Francisco, quien tras cuatro años de investigación y ensayos clínicos sacó al mercado Invisalign, un dispositivo ortodócico que corrige la mala oclusión y la posición de los dientes mediante una serie de alineadores prácticamente invisibles y sin necesidad de usar alambres, ni aparatos metálicos.

El padre de esta idea fue el científico Kesling, quien en 1945 describió, por primera vez., el concepto de recolocar los dientes por medio de una serie de etapas previamente planeadas e individuales. Kesling se adelantó al futuro al afirmar que algún día la tecnología disponible permitiría posicionadores para producir movimientos requeridos para un tratamiento de ortodoncia completo. Y esta es la clave del tratamiento con Invisalign.

PLANIFICACIÓN

Una de las diferencias que alberga el nuevo sistema es que «Tras el diagnóstico se prepara un plan de tratamiento pormenorizado cuyos resultados sabemos antes de terminar, gracias al apoyo de la informática. Sin embargo, con la ortodoncia tradicional, vas adaptando, ajustando y modificando el tratamiento según los resultados que obtienes».

Concretamente el sistema se basa en una serie de pasos. Su médico, que debe hacer un dictamen preciso, tendrá que tomar moldes de ambas arcadas de la boca, radiografías y una serie de fotos intra y extraorales.

Todo ello se envía a la compañía fabricante de la férula (de momento es la única que las realiza), donde las impresiones sirven para realizar modelos de yeso de sus piezas dentales que, junto con la información recibida, se pasa a un programa de ordenador que crea un modelo virtual en tres dimensiones (3D).

Se crea entonces una película interactiva llamada clin-check, la cual representa el movimiento de sus dientes desde el principio, etapa por etapa, hasta la posición final. Este clin-check es enviado a su ortodoncista para que de su visto bueno. De esta forma, y en su propia pantalla de ordenador, puede comprobar si la propuesta de tratamiento de la compañía coincide con su diagnóstico y los objetivos marcados. En el caso de no ser así, podrá hacer cuantas modificaciones desee hasta obtener el resultado esperado.

EN DATOS

– Coste. El precio es el otro freno a su uso más generalizado, ya que ronda los 80 mil pesos, aunque dependiendo de la duración del tratamiento puede ser más caro.

– Recomendación. El Invisalign debe quitarse para comer, beber y para la higiene bucal y no causa heridas ni irritaciones.

– Proceso. Los alineadores irán moviendo semana a semana, un cuarto de milímetro las piezas dentales hasta lograr los resultados deseados. Generalmente, el paciente tendrá que visitar a su ortodoncista con la misma frecuencia con la que lo haría en el caso de llevar los aparatos tradicionales, una vez cada seis semanas.

– No indicado en menores. Una de las razones es que el sistema Invisalign no está recomendado para el uso en menores es que todas las piezas dentales tienen que haberse desarrollado por completo.

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