Dieta para la hipertensión

Dieta para la hipertensión

La hipertensión es una enfermedad que afecta a uno de cada cuatro adultos. Aunque en la mayoría de los casos la hipertensión no puede curarse, el seguimiento de un tratamiento supervisado por especialistas, la observación de ciertas pautas alimentarias (moderación en el consumo de sodio y disminución de las calorías ingeridas si se padece de sobrepeso) y la adquisición de hábitos de vida saludables (dejar el tabaco y practicar ejercicio regularmente) ayudan a bajar la tensión arterial y mantenerla en niveles estables.

La hipertensión suele venir asociada en muchos casos a otras patologías como la obesidad, la diabetes o la osteoporosis. En cualquier caso, si usted es hipertenso, consulte a su médico para determinar el régimen de vida y comida que puede llevar y siga el tratamiento que éste le prescriba. Los fármacos son sólo una parte del tratamiento, que deberá incluir otras pautas relacionadas con su dieta y sus hábitos de vida.

LA SAL

La sal, una combinación química de sodio y cloro, es un alimento indispensable sise quiere seguir una dieta equilibrada. No obstante, las necesidades de sodio de nuestro organismo son muy reducidas. Según los expertos de la Sociedad Española de Hipertensión, 2 gramos diarios (la cantidad de sodio que cabe en una cucharita de té), son suficientes para cubrir las necesidades de una persona adulta, aunque No podemos olvidar que el sodio que ingerimos no proviene únicamente de añadir sal a las comidas, sino que muchos alimentos incluyen este mineral en su composición. Además, es usado como conservante en muchos preparados alimentarios, como conservas, embutidos y alimentos precocinados.

CONSEJOS

Para consumir menos sodio…

• Utilice poca cantidad de sal cuando cocine.

• No use el salero en la mesa.

• Condimente los alimentos con pimienta y otras especias, zumo de limón, hierbas aromáticas o ajo fresco para aumentar el sabor de las comidas.

• Consuma conservas y alimentos precocinados en la menor cantidad posible.

• No abuse de carnes saladas o ahumadas.

• Lea las etiquetas con atención para conocer la cantidad de sodio de cada alimento.

• Suprima los frutos secos de su dieta, ya que contienen mucho sodio.

• Evite intensificadores de sabor tales como salsas de tomate, pepinillos, mostaza, o caldos precocinados. Fuente: Revista Prevenir

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