Dieta prenatal de pescado expuesto a mercurio daña cerebro de niños

Dieta prenatal de pescado expuesto a mercurio daña cerebro de niños

BOSTON, EE UU, EFE. Los recién nacidos cuyas madres consumieron durante su embarazo gran cantidad de pescado y marisco con altos niveles de mercurio registraron “daños irreversibles” del cerebro, dijeron hoy investigadores de la Universidad de Harvard.

Un estudio, que aparece en la edición de febrero de la Revista de Pediatría, indicó que la transmisión vertical de madre a hijo de altos niveles de mercurio produjo daños irreversibles en ciertas funciones cerebrales.

El estudio fue realizado por la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard (estado de Massachusetts) e instituciones de Japón y Dinamarca en las islas Feroe.

Los investigadores explicaron, en un comunicado divulgado ayer, que iniciaron el estudio para determinar si los bebés expuestos a altos niveles de mercurio a través de la alimentación prenatal sufren daños cerebrales.

“Encontramos que la exposición al mercurio, tanto prenatal como posnatal, afecta las funciones del cerebro y parece afectar diferentes partes” de ese órgano, explicó Philippe Grandjean, principal autor del estudio y profesor de Salud Ambiental de la universidad.

“El hecho de que la exposición actual tiene un efecto adicional, pese a las bajas concentraciones de mercurio, es preocupante, especialmente en las comunidades donde el pescado y los mariscos constituyen una parte importante de la dieta”, agregó.

Los expertos escogieron las islas Feroe (Dinamarca) porque su economía se centra en la industria pesquera y la dieta de los habitantes locales incluye un fuerte consumo de alimentos procedentes del mar, incluida la carne de ballena.

El estudio encontró que la contaminación con mercurio a través de los pescados y mariscos tanto de agua salada como dulce produce efectos nocivos en el sistema nervioso humano.

En total, 1.022 madres e hijos participaron en el estudio, en el que los investigadores midieron los niveles de mercurio de los niños a través del análisis de la sangre del cordón umbilical y muestras del cabello a los siete y catorce años.

En la mayoría de los casos, los niveles de mercurio en el cabello de las mujeres a la hora del parto excedieron en un microgramo por gramo el límite que recomiendan tanto el Consejo Nacional de Investigación como la Administración de Protección Ambiental (EPA) de EEUU.

Durante el seguimiento realizado entre los niños, los investigadores encontraron niveles de mercurio inferiores. En el estudio más reciente participaron más de 850 niños de catorce años, indicaron los investigadores.

Grandjean explicó que el hallazgo más importante en la tercera etapa de seguimiento cuando los niños alcanzaron los 14 años es que la lentitud en la trasmisión de señales eléctricas al cerebro continuaba presente a esa edad, el mismo fenómeno que encontraron siete años antes. La lentitud registrada cuando los niños tenían siete años estaba vinculada con la cantidad de mercurio que llegó al cerebro de los fetos en el útero.

“Esto nos hace creer que cuando el mercurio penetra el cerebro del feto durante su desarrollo, causa daños, y que estos daños serán permanentes”, observó.

Grandjean señaló que, ante los resultados de este estudio, el enfoque actual sobre cómo proteger a las embarazadas de esta toxina debería extenderse también a niños y adolescentes.

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