Santiago.- La indignación crece en la República Dominicana con las agresiones personales de intención difamatoria en un marco de impunidad, con la ocurrencia de asesinos de honras tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales.
A cada momento personalidades de la vida pública y privada son objetos de insultos y calumnias por individuos que amparados en la libertad de expresión que goza el país destruyen honras y buenas reputaciones, pero que no reciben ningún tipo de sanción por sus agravios.
Al ser consultados por separado por reporteros de Hoy, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, arzobispo emérito de Santiago y monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, obispo de la Diócesis de La Vega, abordan con preocupación el tema de la difamación en los medios de comunicación y su impacto negativo que va en crecimiento en la sociedad dominicana sin ningún tipo de control ni sanciones.
Los líderes religiosos entienden que debe parar ahora la distorsión de la verdad a través de los medios de difusión masivo y que, por consiguiente, es un tema que debe continuar en el debate para que se castigue a los transgresores.
Un tema de ayer y hoy
Para monseñor De la Rosa y Carpio, la difamación es un tema de ayer y hoy, que viene arrastrando la humanidad, pero que hoy cobra fuerza especial por la ampliación de los medios y por el uso que las personas pueden darle para difamar.
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“Antes se hablaba del chisme de barrio, pero hoy el chisme se hace universal. La difamación levanta falsos testimonio y decir mentiras. No levantarás falsos testimonios contra tu prójimo ni mentirás, eso cobra fuerza especial. La difamación es asesinato moral, siempre lo he dicho y lo he repetido”, afirmó.
El prelado también se refirió a la herramienta de la Inteligencia Artificial cuando son utilizadas para hablar más de las demás personas y desviar lo que la gente dice.
Indicó que la IA puede significar un progreso, pero también un atraso que termine en degeneración, desviar las cosas, usando la voz de otro sin ser ellos que hablan.
Manifestó que este es un tema serio que debe tratarse en el país y no dejarse de lado.
Por su lado, el obispo de La Vega, Carlos Tomás Morel Diplán, expresó que en los últimos años las redes sociales se han ido convirtiendo en un medio de presión social, de denuncia, difamación y ataques personales con el propósito de convertirse en tendencia, ser popular, ganar dinero o ser famoso actuando sin ningún escrúpulo y principios éticos.
El obispo considera que hay que regularizar el uso de las plataformas digitales y establecer leyes regulatorias en el que haya sanciones contra aquellos que atenten contra la buena fama y la moral de cualquier ciudadano.
“Estamos claros que vivimos en una sociedad democrática donde hay libertad de expresión, pero eso no me da el derecho de hacer lo que quiera con los demás”, dijo. Recordó que una buena comunicación promueve la verdad, el respeto y la justicia.
“No debemos seguir permitiendo que estos escándalos públicos se sigan dando contra personas que están realizando algún servicio ya que cuando algún sector no le guste lo que esa persona está haciendo, apelaran a la bajeza para descalificarla moralmente”, indicó monseñor Morel Diplán.