¿Diferencia? Un aumento dolarizado

¿Diferencia? Un aumento dolarizado

POR LUIS MANUEL PIANTINI M.
No se puede negar, que ante el importante monto en su valor de los valores en circulación (pasivos monetarios) del Banco Central, cada aumento representa mayores retos que tienen que enfrentar las autoridades para su desmonte, completa eliminación, y manejo de las políticas monetaria y fiscal. Porque aunque a la parte fiscal le sea difícil entenderlo, este problema en términos de mantener la confianza y estabilidad, le debería preocupar más, porque es el elemento político y porque lo obliga a una mayor restricción en el manejo del gasto público.

El problema fue complicado desde su comienzo, y heredado  de la pasada administración, como consecuencia del rescate de los depositantes de los bancos que cayeron en problemas de solvencia. Es por tanto de extrañar, que parte de los participantes en ese rescate, ahora como opositores, se deleiten con demandar soluciones al problema, cuando en sus inicios  se le pudo buscar una definitiva, con el apoyo del sistema financiero internacional.

En aquel entonces, se pudo sustituir una deuda en pesos, muy costosa y con gérmenes desestabilizadores, por otra en dólares de US$1,300 millones asumida por el Gobierno. Esta, de mas bajo costo y de mayor estabilidad en la predictibilidad de su saldo, eliminaba los pasivos monetarios en pesos del Banco Central, y  le ahorraba al país una década de acuerdos financieros con el FMI, tiempo que resultaría corto, de nuestros impacientes políticos producir nuevos desatinos.

 En aquellos momentos, tiempo hubo de sobra y oportunidades también, como me cansé de sugerirlo en este medio, tan temprano como a partir de noviembre del 2003, para lograr esa solución. Inclusive, el Subsecretario americano John Taylor, visitó dos veces el país, algo insólito en estas pequeñas tierras, y pudo en aquel momento, si hubiese habido voluntad política, contarse con el apoyo del Tesoro de ese país  para lograr dicho crédito. Como lo hizo Uruguay, y como recientemente lo reseñó el Lic. Hugo Guiliani Cury, exGobernador del Banco Central y Embajador dominicano en Washington  durante el periodo de la crisis bancaria, en un artículo publicado en este diario.

Mientras allá existía voluntad política para apoyar al país, aquí se decía y hacía todo lo contrario, para no enfrentar la solución definitiva a un difícil problema que requería entendimiento y decisión política. Y esta era factible, pues se contaba con una mayoría en el Senado del partido en poder del Ejecutivo. Y se eludió la solución, transfiriéndole el problema al nuevo equipo de gobierno que asumió a partir del 16 de agosto del 2004.

Y como era de esperarse, el nuevo equipo se dedicó a desentrañar todos los entuertos dejados, entre ellos, cuantiosos atrasos en pagos de compromisos externos y la reanudacion de los dos acuerdos fallidos con el FMI, que no era poca cosa. Ya para ese tiempo, la tasa de cambio se comenzaba a apreciar, como consecuencia del retorno de la confianza y de los capitales que buscaron protección en el extranjero, haciendo más difícil la solución del problema.

No obstante, hay que reconocerle a las actuales Autoridades Monetarias su excelente manejo, en lograr detener la vorágine de acumulación de esos pasivos sin respaldo en dólares, que hubiese resultado de haberse mantenido la tendencia heredada el 16 de agosto del 2004. Me explico; entre febrero del 2003 a agosto del 2004, los valores en circulación del Banco Central aumentaron en RD$ 85 mil millones y las reservas internacionales netas disminuyeron en US$ 78 millones, o sea que todo ese enorme monto de emisión de valores durante ese periodo  fue realizado sin respaldo en dólares, con lo que aquí llamamos dinero inorgánico.

La tasa de interés promedio ponderada de los certificados de inversión cero cupón que pagó el Banco Central por esas colocaciones en Julio del 2004 era del 58%. De haberse mantenido esa tasa durante los últimos 18 meses, los valores emitidos por un monto de  RD$90,366 a agosto del 2004, hoy superarían  el valor existente de RD$ 150 mil millones al pasado 6 de Febrero, y sin ningún respaldo en dólares. Y esta es una gran diferencia, pues de los RD$ 60 mil millones de aumento durante los últimos 18 meses, RD$ 36,000 millones o sea el 60%, fue emitido para aumentar las reservas internacionales del Banco Central,  al entregar a la tasa de cambio  promedio del periodo $32 pesos por cada US$1 comprado.

Como resultado del aumento en las reservas internacionales netas por un monto de US$ 1,127 millones durante los últimos 18 meses, el  monto de valores emitidos por el Banco Central sin respaldo en dólares se redujo en 70%, o sea en unos RD$ 61,000 millones, si lo comparamos con el aumento del período de 18 meses previo al mes de  agosto del 2004. Y esto se logró, pues al reducirse la tasa de inflación promedio mensual anualizada, de 51% en el 2004 a 4% en el 2005, por el firme cumplimiento en la aplicación del programa monetario, el Banco Central pudo reducir significativamente su costo financiero o déficit cuasifiscal del 4% del PIB al 2.9%, al colocar sus certificados de inversión cero cupón,  pagando una tasa de interés promedio ponderada inferior al 15% durante los últimos 8 meses del recién finalizado año.

Y para los “expertos monetaristas y en crisis bancaria”, una preguntita ¿Cómo es posible que con una emisión de valores de RD$90 mil millones, haya aumentado la inflación y devaluación de la moneda en más del 50% en los 18 meses previo al 16 de agosto del 2004, y con una de RD$150 mil millones se haya reducido drásticamente la inflación y apreciado la moneda nacional a partir de esa fecha? Simplemente, porque durante los últimos 18 meses la mayor parte del aumento de los valores emitidos fue dolarizado, y porque  ahora hay manos expertas en el manejo monetario y responsabilidad en el área fiscal, y por lo tanto, confianza en el desarrollo del país. Y esto se lo callan dichos críticos; algunos por ignorancia, y otros que son excelentes economistas; por tiñosería política.

No es tampoco para que las autoridades se duerman en sus laureles por esos logros, pues si nos llevamos de que el tiempo con el crecimiento del PIB corriente absorberá esos valores, aquí el tiempo es corto para tantos traviesos ansiosos  por armar desórdenes en base a crisis imaginarias. Es por lo tanto importante, que tanto las autoridades monetarias como las fiscales, desarrollen un programa gradual de desmonte de esos valores, poniendo a trabajar a los muchachones del FMI en lo que debieron de trabajar, desde el primer programa en el año 2003.

Por ultimo, reciba mis felicitaciones el Gobernador del Banco Central, pues como resultado del excelente trabajado realizado durante el pasado año en beneficio de la estabilidad macroeconómica de su país, ha sido merecedor del reconocimiento otorgado recientemente por una prestigiosa revista bancaria inglesa, como el mejor Gobernador de la América Latina.

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