Diferendo con Edeeste

Diferendo con Edeeste

Una primera derrota en el arbitraje coloca al Gobierno Dominicano a la defensiva. Nos hallamos seiscientos ochenta millones de dólares a cero, en una reyerta, que, les soy sincero, ignoraba. Tengo la convicción de que el Administrador General de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) no habría contendido con las autoridades nacionales. Mas son otros los aires que soplan, y son otras las banderas.

Se acusa al Gobierno Dominicano de actuar con el propósito de devaluar el capital accionario de la Empresa Distribuidora de Electricidad del Este (Ede-Este). La mecánica destinada a ese objetivo es imprecisa para quienes, genízaros, ignoramos el resto de una historia no contada en sus detalles. Si se parte de las vivencias con la Unión Fenosa, podríamos conocer el origen de las diferencias. Tengo la convicción de que el Administrador General de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) no se hubiera enfadado tanto como para llevar al Gobierno Dominicano ante los tribunales.

Todos ustedes saben que la dichosa Unión –cuya suerte es como la de la flor de la auyama- fue dueña de otras dos Edes. Esas Edes son la Empresa Distribuidora de Electricidad del Norte y la Empresa Distribuidora de Electricidad del Sur. Ambas son mejor conocidas por los acrónimos Edenorte y Edesur. Pues bien, esas empresas, cuyas cuentas las sacaba el Gran Capitán, le decían a la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE): “tenemos que repatriar unos intereses que le debemos a Perico Pérez. Como ustedes saben, para salvar el sistema eléctrico dominicano del desastre, tuvimos que pedirle unas pesetas prestadas a don Perico”. No había dificultades, aunque no se creyese el cuento. Se autorizaba la operación.

Las dificultades provenían de los momentos en que se “necesitaban” hacer inversiones de capital. Por lo general las cuentas del Gran Capitán superaban las que hacía la CDEEE. Y no valían los razonamientos. “Mira Unión, en caso de que se realice esa compra o reparación con Perico Palotes, es tres veces menor la inversión”. E invariablemente respondían que era preciso hacerla con Fulano Palotes y no con Perico Palotes, pues ellos vinieron a salvar el sistema eléctrico dominicano.

Ambos nos cansamos del tira y jala. Pero el cansancio de la Unión fue negociado, y no fue preciso llegar a discusiones de arbitraje y a tribunales. Ahora en cambio, estamos ante una corte extranjera. Y estamos a las puertas de la corte, seiscientos ochenta millones de dólares a cero, conforme cantó el árbitro. Tengo la convicción de que el Administrador General de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) no hubiera querido contender de tal forma con el Gobierno Dominicano. Mas otros son los aires que soplan, y otras las banderas que ondean. Pues para eso prácticamente regalamos a la CDE en 1998. Y seguimos con los mismos apagones.

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