Difícil, intermedio, filosófico y fácil

Difícil, intermedio, filosófico y fácil

Lo difícil: Es crear fuentes de trabajo, recuperar la producción agropecuaria, que los campesinos regresen a sus parcelas, que  los marginados pasen a ser incluidos y que la justicia cambie su perfil de entelequia burocrática protectora de tramposos y criminales, por una estructura institucional del Estado con ojos realmente vendados, balanza en una mano y espada niveladora en la otra.

Lo intermedio: Es recorrer, dentro de la capital de la República, a Guachupita, La Zurza, Las Cañitas, La Barquita, Maquiteria, Los Guaricanos, Punta, El Hoyo de Chulín, La Ciénaga, Katanga, Capotillo, El Faro y otros barrios donde una señora llamada “Miseria” se pavonea junto a sus  hijas Ignorancia, Hambre e Insalubridad, su inseparable marido Hacinamiento y  su cuñado Micro-tráfico (de drogas).

Lo filosófico: Es que realizar “Lo difícil” parece una utopía en el siglo XXI; sin embargo, estamos fuera de época porque en el ciclo pobreza-progreso-corrupción-deterioro de las condiciones de vida, no hemos pasado por la etapa “progreso” y hemos hecho coincidir la pobreza y la corrupción para llegar sin escalas hasta la miseria.

Lo fácil: Es buscar, donde quiera que se encuentren (nuestros gobernantes pasados y presentes son expertos en eso de hipotecar al país) los fondos necesarios para construir viviendas, reubicar a los marginados, sanear los ambientes, dotar a las nuevas comunidades de modernas escuelas y facilitar el retorno de los campesinos a la producción, mientras se crean cientos de miles de puestos de trabajo haciendo esto con los barrios mencionados y sus homólogos en todo el territorio nacional.

Por último, habría que garantizar el uso de la balanza y la espada de la justicia contra ladrones y criminales. 

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