El Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) no logra equilibrar sus cuentas. Sus ingresos por concepto de cotizaciones son más bajos que sus erogaciones para garantizar la cobertura en atención médica. Los bajos salarios de la mayoría de los afiliados hace que sus cotizaciones sean demasiado bajas. La situación se agrava por  las formas de evasión que cometen muchos patronos que, o no transfieren lo descontado a los trabajadores, o declaran a éstos con sueldos más bajos de lo real para pagar menos.

El  superintendente de Salud y Riesgos Laborales, Fernando Caamaño, y el tesorero del SDSS,  no se ponen de acuerdo en cuanto a si es déficit o faltante lo que afecta las finanzas del sistema. Tampoco coinciden en las cifras en rojo. Pero ambos están perfectamente de acuerdo en que si no se corrige esta situación, si no aumentan los salarios, el sistema de seguridad social trillaría la ruta del colapso, con perjuicios inimaginables para los más pobres.

Ocurre que el SDSS se bate entre  el aumento de la nómina de descendientes de los cotizantes y los aportes cada vez más bajos. Para seguir a flote ha tenido que tomar dinero de un fondo especializado y esto no es lo más saludable. Queda en evidencia la necesidad de una mejora salarial general, como parte de la medicina que sacaría a la seguridad social de la ruta del colapso.

Que funcione el oncológico

El Instituto del Cáncer Rosa Tavares fue inaugurado en el período de transición, pero no ha empezado a funcionar, en parte porque no ha completado su personal especializado. En el país hay una alta demanda de servicio oncológico por la alta incidencia de cáncer, y en semejantes circunstancias es lamentable que toda la tecnología avanzada de ese instituto esté ociosa, sin aliviar el sufrimiento de tantos enfermos que lo necesitan.

El Gobierno debería asumir el control de este centro y ponerlo al servicio de la sociedad abriendo las áreas que ya tienen personal y están debidamente equipadas. Y debe garantizar atención especializada para tanta  gente pobre, que no tiene lo necesario para cubrir los tratamientos y medicamentos de alto costo que demanda el cáncer. Toda esa  tecnología avanzada no puede estar ociosa habiendo tantos enfermos que lo necesitan para prolongar la vida.