Dificultades no impidieron votación

Dificultades no impidieron votación

Sellos a los que les faltaba un número, dificultades con las almohadillas y una desconfianza mutua entre los delegados de los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y de la Liberación Dominicana (PLD), eran ayer los principales obstáculos que se evidenciaban en los colegios electorales del Distrito Nacional.

Discusiones por los aspectos más simples que generaban desconfianza entre los votantes, llegaron a retrasar hasta por tres horas el inicio del sufragio en algunos colegios.

Otros problemas eran el dislocamiento de personas que era pasados de una mesa a otra, algunos que estaban vivos, estaban registradas como muertas en el padrón de la Junta Central Electoral (JCE), mientras que a Juana Altagracia Pérez no le le permitió votar, porque debía votar el Nueva York. Eso la incomodó.

Ese fue el caso de la mesa 1514 que funciona en el Colegio ubicado en la escuela Rosa Duarte, en el kilómetro 7 de la carretera Sánchez y en la mesa 0181-A del liceo Unión Panamericano.

Algunas personas llegaron a los centros de votación desde las primeras horas de la madrugada, pero los trámites eran lentos y todos los delegados debían estar de cuerdo en todo.

En el liceo Unión Panamericana los ánimos se exacerbaron con la presencia de los dirigentes perredeístas Luis Hernández Marté, ex director de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) y Aníbal Amparo, administrador de la Lotería Nacional.

Pero la sangre no llegó al río, porque los delegados de los diferentes partidos políticos se encerraron y tomaron la decisión de enviar una comisión a la Junta del Distrito Nacional para determinar el quehacer.

Las llamadas a los medios de comunicación «llovían» y la gente protestaba en los pasillos exigiendo condiciones para votar.

En efecto, esa salida resolvió el impasse, porque el presidente de la Junta del Distrito, doctor Mariano Rodríguez autorizó que se usara el sello alternativo y se colocara a mano la numeración de la mesa. Se levantó un acta y la gente comenzó a sufragar.

En el hogar Rosa Duarte la tensión entre perredseístas y peledeístas de la mesa 1514 interrumpía incluso el trabajo de otros centros de votación.

«Sin sello no se vota», gritaban evidentemente enojados los sufragantes de esa mesa, mientras la presidenta de la mesa, Angela León intentaba en vano que los ánimos se calmaran, pero la gente exigía la entrega del sello. Al final de la discusión lograron levantar un acta, sellarla tal cual y colocar a mano el número de la mesa.

TODOS QUERIAN VOTAR

A pesar de las dificultades, la gente tenía la voluntad firme de sufragar y defender de cualquier peligro su voto.

Sin embargo, la agilidad en los centros de votación logró que a las 11 de la mañana el 50 por ciento de las personas ya habían sufragado.

Asimismo, la gente acudió a los colegios sin importar su condición, enfermos, ancianos, embarazadas y recién paridas iban acompañadas de sus familiares.

En la mayoría de colegios visitados por reporteros de HOY, la gente mostraba entusiasmo y alegría, en algunos casos la gente celebraba con antelación, con algunos tragos de cervezas.

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