LA PAZ (AFP).- El diálogo entre Gobierno y oposición para superar la crisis política en Bolivia se encuentra en punto muerto este domingo debido a la polarización de las posiciones y todas las expectativas se concentran ahora en la Asamblea Constituyente, que reanudará sus sesiones el lunes.

Todos los intentos que se hacían para acercar las partes fracasaron ante el anuncio de autoridades del Ejecutivo, que este domingo determinaron dejar en manos de la Asamblea Constituyente la solución del conflicto, descartando cumbres políticas o la firma de un acuerdo con la intervención de mediadores.

La oposición buscaba un acuerdo previo para saldar la crisis, pero sigue aferrada a la posición de defender los dos tercios, (170 votos de 255), para la aprobación de todos los artículos de la nueva Carta Magna que debe ser redactada hasta el 6 de agosto de 2007 y la inclusión de una autonomía plena del centralismo de La Paz para cuatro regiones de los llanos. El partido oficialista, el Movimiento Al Socialismo (MAS), que detenta la mayoría en el órgano constituyente, determinó que los artículos de la nueva Constitución sean aprobados sólo por mayoría absoluta (50% más uno de los votos), acción que desató la crisis política.

“El Gobierno espera que los acuerdos lleguen en el marco de la Asamblea Constituyente, pero tiene que prevalecer la flexibilización mutua en el sentido de que, ni la oposición se cierre en plantear dos tercios o nada y tampoco el Movimiento Al Socialismo se cierre en la mayoría absoluta o nada”, afirmó Alfredo Rada, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales.

Rada dijo que el Gobierno confía en que se encontrará una fórmula que permita destrabar las sesiones de la Constituyente, “en un par de días”, para aprobar finalmente el reglamento de debates y comenzar desde enero a redactar la nueva Carta Magna.

“Ojalá haya un cambio de actitud de los representantes del oficialismo, hay que aplaudir la idea de que el tema vuelva a la Asamblea Constituyente, de donde no debió salir”, afirmó este domingo Jorge Lazarte, vicepresidente de la Constituyente en representación del opositor Unidad Nacional (UN) al confirmar la reanudación de las sesiones el lunes.

Lazarte dijo que la Asamblea debe recuperar su autonomía de las visiones políticas para redactar un texto constitucional para muchos años, pero con una votación de dos tercios en los que estarán representados mayorías y minorías.

“No hay texto constitucional que no fuera aprobado por dos tercios en ninguna parte del mundo, pero además es la garantía de su propia durabilidad. Lo que se quiere es un texto que dure en el tiempo no que cambie cada cinco años simplemente porque cambian las mayorías”, remarcó.

También el representante de la principal fuerza de la oposición, Podemos, José Antonio Aruquipa, aplaudió la idea de que la crisis se resuelva en el marco de la discusión de la Asamblea Constituyente que delibera en la ciudad de Sucre, al sur del país, desde hace cuatro meses.