Dime con quién andas… ¡y te diré el calibre!

Dime con quién andas… ¡y te diré el calibre!

Le estoy cogiendo miedo a los lunes. Ya van tres o cuatro lunes consecutivos que antes de las 10:00 de la mañana han caído tantas cananas que uno se pregunta cómo llenarlas, y no con machetes… 

Ayer fue uno de esos días y una de esas vainillas fue descubrir que mi nombre ha sido publicado por la Secretaría de Interior y Policía en una lista colgada en su página web revelando cuáles ciudadanos no han renovado sus licencias de armas de fuego. Me declaro culpable, magistrado.

La publicación mereció primera página de un diario cuyo principal ejecutivo cumple condena de ocho años en Najayo por delitos y crímenes ligeramente peores que dejar vencer el pago de impuestos para renovar el permiso de un arma de fuego.

A pesar de cuán sabio es el dicho de que puerco no se rasca en javilla, no puedo dejar de agradecer al secretario de Interior Franklin Almeyda su lindo gesto de incluir a este humilde servidor en una lista donde hay gente tan admirada y honorable como José León Asencio, José Manuel Paliza, Freddy Beras Goico, Luis Heredia Bonetti, Héctor Valdez Albizu, Rafael Pérez Modesto, Julián Barceló y Víctor Méndez Capellán. Aparte de estas auténticas personalidades, muchos otros nombres notables o notorios fueron revelados por el diario, entre ellos políticos de cada partido, legisladores, abogados, peloteros, periodistas, músicos, sindicalistas, transportistas y hasta miembros de la Junta Monetaria.

Ahora no sé si deba salir corriendo a llevarle un dinerito a las autoridades para que me saquen de esa lista o si quizás sea más prestigioso quedar en tan distinguida compañía.

La modalidad empleada por Almeyda es genial. Los periódicos podrán ahora ir haciendo otras listas para motivar mejores conductas de los ciudadanos.

Podrán pedirle una a Juan Hernández, director de impuestos internos; otra a las autoridades que supervisan las aseguradoras de riesgo de salud para conocer las condiciones o enfermedades de cada cual. Quizás hasta se animen a publicar un anecdotario del Palacio de Justicia, con casos como el de un abogado atrapado in fraganti con los pantalones en el piso dando rienda suelta a su lujuria.

A quienes no obtemperen el llamado de Almeyda, prepárense.

La incautación de sus armas y posible detención de esos delincuentes ayudará muchísimo al Gobierno y librará a la sociedad de gente tan peligrosa. ¡Uf, qué lunes!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas