La vida humana en el planeta peligra: 850 millones de personas padecen hambre; un tercio del mundo carece de agua potable y dentro de los próximos 20 años serán dos terceras partes. Los recursos fósiles que proveen de energía a la modernidad se agotan, por lo que las potencias intentan acapararlas.

Siendo el PIB mundial de 25 billones, el G7 concentra 18 billones de US$ y a su lado los otros 180 países se reparten 7 billones US$; nunca se había generado tanta riqueza, esta injusticia como otras tantas sólo se sostienen en el mundo con modos directos e indirectos de violación de los derechos humanos y con el ejercicio de la violencia militar. Los derechos humanos sólo cuentan como propaganda y emboscada contra los Estados Unidos rebeldes. Los gobiernos actualmente gastan 850,000 millones de dólares en armamento. El presupuesto de los Estados Unidos en este 2004 es de 440,000 millones de dólares y para el 2009 será de 2.1 billones. En el año 1999 2,800 millones de personas subsistían con menos de 2 dólares diarios y 1,200 millones de personas subsistían con menos de 1 dólar diario.

La cantidad de latinoamericanos que vive con menos de un dólar subió de 48 millones en el año 1990 a 57 millones en el 1999. Los que en América Latina viven con menos de dos dólares pasaron de 121 millones en 1990 a 132 millones en 1999, igual al 30% de la población. Los países del G8 (Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Gran Bretaña, Alemania, Japón y Rusia) concentran el 60% de la riqueza total y albergan a casi la totalidad del 1% de los más ricos del mundo, igual a 50 millones de personas con ingresos equivalentes a las del 57% de los más pobres, unos 2,700 millones de seres humanos.

En los Estados Unidos vive el 6% de la población mundial y esta nación concentra el 50% de la riqueza del mundo. En este 2004 los Estados gastarán aproximadamente 466,000 millones de dólares en gastos militares, más de un 50% del gasto militar mundial. El 10% de ese presupuesto bastaría para asegurar lo esencial de la vida a todos los habitantes del mundo. El costo para lograr y mantener el acceso de todos los humanos a la enseñanza básica, a la atención básica de la salud, a la atención reproductiva, a una alimentación suficiente, agua potable y saneamiento, es aproximadamente de 44,000 millones de dólares por año, cantidad inferior al 4% de la riqueza combinada de las 225 personas más ricas del mundo.

Las tres personas más ricas del mundo, tienen activos que superan el PIB total de Africa Subsahariana. La riqueza de las 32 personas más ricas supera el PIB de toda China. Las 225 personas más ricas, poseen una riqueza considerada superior a 1 millón de dólares, que es el ingreso anual del 47% de la población del mundo. Estas 225 personas son los amos del universo, la institucionalidad del nuevo orden internacional globalizador que se impone al mundo, es su control del mismo.

Estos datos recogidos de la ONU, del Internet, de la Agenda Mundial Latinoamericana y del PNUD transparentan la difícil situación de la humanidad en el momento actual y las perspectivas que tenemos por delante si este proceso de concentración de riquezas y de poder, generador de violenta marginalidad, pobreza, dependencia, subordinación y explotación se potencializa con el avance de una sola generación nueva de supercapitalismo a escala mundial. Esta catástrofe actual será pequeña para la que tendrá el futuro y es tarea del presente evitarla, primero esclareciéndonos del fenómeno que principalmente es el causante de tales niveles de desequilibrios, producto de la evolución del capitalismo que ya ha proletarizado al mundo humano.

No pudiendo retroceder históricamente hacia formas pasadas, estamos obligados a superar tal situación avanzando por la única vía posible: la de la acción política que pueda interrumpir la dinámica de la concentración económica vista y crear la adecuación estructural necesaria para una nueva redistribución económica mundial que llene el déficit social que presenciamos. Esta acción política nueva pide políticos nuevos que creen la motivación para la oposición activa de los núcleo de vanguardia y las masas de las naciones contra los poderes locales e internacionales y a sus políticos que nos imponen la progresiva proletarización que vivimos.

Proletario en la antigua Roma era el plebeyo, el ciudadano de última clase que sólo era considerado útil por su descendencia. Dentro de las relaciones capitalistas de producción, es la clase social cuyos miembros, productores no propietarios de los medios de producción, venden su fuerza de trabajo como una mercancía sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Proletarización: es la acción de reducir a los productores independientes al estado de los proletarios, lo cual acontece en la actualidad con la aplicación de las políticas del ALCA, TLC y a lo que tiende la concentración de riquezas que patrocina la globalización. La humanidad está hoy en la hora de su historia en la que Marx debió escribir su manifiesto y decir: «(Proletarios del mundo uníos»!.