El destructor ha subido contra ti. Monta guardia en la fortaleza, vigila el camino; fortalece tus lomos, refuerza más tu poder. Nahúm 2: 1.
El mundo está convulsionado: crisis, pobreza, muerte y enfermedades van en aumento. Es difícil ante esta situación permanecer indiferentes y cerrar los ojos, olvidándonos de lo que está sucediendo.
Él nos llama a ponernos en la brecha, levantar un muro, pedir perdón por los pecados cometidos por los demás, unirnos como un solo cuerpo, para impedir que el mal avance sobre nuestra tierra. Son tiempos de tomar el arma más poderosa, Su sangre, y esparcirla sobre toda la tierra para: que el enemigo huya; declarar que crisis, muerte, pobreza y enfermedad no nos tocarán; establecer Su Palabra como fortaleza invencible alrededor de nuestra vida y las de los nuestros.
Por eso nuestra vida espiritual tiene que fortalecerse buscando Su presencia, leyendo la Palabra y sacrificando nuestro cuerpo en oración y ayuno, para cuando suene la alarma podamos ir a la batalla, confiados en que ganaremos porque estamos entrenados y preparados para enfrentarla sin temor.
No durmamos, vigilemos el camino, reforcemos los lomos y aumentemos el poder, para cuando el enemigo venga contra nosotros podamos salir victoriosos.