Caracas.– El chavista radical Diosdado Cabello eleva aún más su poder al presidir la incontestable y plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente (ANC), una instancia que -aunque su legitimidad es cuestionada- lo ubica en la práctica por encima del jefe del Estado, Nicolás Maduro.
Hasta ahora y casi desde que el fallecido presidente Hugo Chávez instauró la llamada revolución bolivariana en 1999 Cabello ha sido considerado el “número dos” de los gobiernos que han pasado desde entonces hasta hoy.
Por su cercanía con Chávez (1999-2013) y su permanencia en la jerarquía del oficialismo, se le ha conferido el título de “hombre fuerte” de la revolución y ha hecho gala de esta distinción en cada tribuna con que ha contado en las últimas dos décadas como vicepresidente, diputado, ministro, constituyente y todopoderoso del partido de gobierno.
Este licenciado en Ciencias y Artes Militares nacido en el oriental estado Monagas el 15 de abril de 1963, se graduó en la Academia Militar de Venezuela en 1987 y fue oficial activo del Ejército hasta febrero de 1992, cuando participó en el golpe de Estado contra el Gobierno de Carlos Andrés Pérez que lideró Hugo Chávez.
Su vínculo con la esfera militar parece no perder vigencia al punto de que muchos de sus detractores lo señalan como el que dicta las órdenes cuarteles adentro, el que pone y quita fichas en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), habiendo extendido este poder hasta el tren ministerial.
Como vicepresidente, Cabello fue el encargado de asumir la Presidencia durante unas pocas horas, entre el 13 y el 14 de abril de 2002, tras el fracaso del intento de golpe de Estado contra Chávez hasta que el presidente regresó a Caracas desde la isla en la que había sido confinado.
Luego de ello ha sido nombrado como ministro de Interior y Justicia, director de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), jefe de la cartera de Obras Públicas por un año, y presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento) desde 2012 y hasta enero de 2016, cuando la oposición ganó la mayoría de los escaños.
El otrora delfín de Chávez también se convirtió en 2004 en el gobernador del estado Miranda (centro), entidad de la que forma parte Caracas, y cuatro años después sufrió una de sus más sonoras derrotas al caer en su intento de renovación del mandato en Miranda ante el entonces joven candidato opositor Henrique Capriles.
Casado y con dos hijos, ha sido acusado de corrupción por líderes de la oposición y especialmente por Capriles, quien asegura que recibió la gobernación de Miranda casi en bancarrota.
Cuando Chávez enfermó de cáncer entre 2011 y 2013 fue uno de los más cercanos cuidadores del presidente, pero no fue el elegido para tomar la antorcha de su revolución pues el entonces jefe de Estado la pasó a Maduro, quien ha sido el gobernante desde 2013.
En el último quinquenio Cabello se estrenó como presentador de “Con el Mazo Dando”, un programa de televisión en el que traza líneas de acción para el chavismo gobernante, anuncia y celebra detenciones y difunde detalles de casos judiciales o grabaciones comprometedoras de sus adversarios.
También abandonó su silla en el Parlamento que desde el 2016 y hasta el 2020 es controlado por la oposición, luego de que el Supremo declarase a la Cámara en desacato y, en cambio, es un asiduo asistente a los debates de la ANC, el suprapoder integrado solo por oficialistas y al que no reconocen numerosos gobiernos.
A la par, Cabello ha sido acusado de socavar la democracia en Venezuela, razón por que le han impuesto sanciones económicas desde la Unión Europea, Estados Unidos, Suiza, Canadá, así como otros países y gobiernos. Luego de varias purgas a lo interno del chavismo de las que escapó airoso, Cabello sale del ostracismo para hacerse con el único cargo que demanda a los demás poderes una cosa por encima de todas- obediencia.