¡Diplomacia comercial en México!

¡Diplomacia comercial en México!

“¡Exitosa sangre nueva como embajadora en México!”

Herminiooooo –grita Píndaro-… ¡Esto no es un zócalo de cadenita!… ¡Estamos en medio del Zócalo en Ciudad México!… ¿Verdad que tú nunca pensaste que te dejarías caer por aquí?”. La respuesta no se hace esperar… “Me enteré que hay “una isla en otro mapa”, -exclama Herminio- en nuestra embajada aquí en México, y que la iniciativa ha sido de una señora que, luego de años radicada en esta ciudad ha recibido y aceptado con mucho honor la responsabilidad de ser nombrada ¡embajadora de República Dominicana en este país!”.

Píndaro y Herminio están viendo su sueño realizado al trasladarse al país de la enchilada verde y del mole poblano y, al mismo tiempo, confirmar que nuestro país haya entrado en una nueva ruta organizacional en nuestra embajada aquí… “¿A quién tú te refieres Herminio?” –cuestiona Píndaro-… “Hace años, una prestigiosa abogada dominicana proveniente de una familia también dedicada al estudio de las leyes, venía sirviendo con extraordinario desempeño a nuestra representación en México… Hoy, lo sembrado está empezando a dar sus frutos” -comenta Herminio-… “¿Te refieres a María Isabel Castillo Báez?” –interrumpe el curioso de Píndaro-… “¡Así es!… Una profesional de primer orden y una mujer de profundos valores familiares, que ya ha empezado a trazar pautas generadoras de ideas llamadas a sentar un precedente de éxito en nuestras relaciones con ese gran país”.

Píndaro y Herminio caminan por el Zócalo y, mientras conversan, frente a ellos ven acercársele una elegante figura de cuya expresión solo brota felicidad… Es la misma María Isabel –Maisa, como le llaman de cariño- que, muy segura de sí misma, les encuentra… “¡Qué alegría verles por aquí! –exclama-… Sentémonos en esos banquitos…” Píndaro no se hace esperar y, sin dejar siquiera hablar a Herminio, cuestiona: “¿Cómo piensas echar pa’lante esa enorme responsabilidad que has asumido?”. Ella les mira con ojos de los que brota un brillo de felicidad… “He asumido honrada y entusiasmada porque, además, veo en ello un reconocimiento a muchos años de trabajo y dedicación… Quizás eso me permitió diseñar de inmediato un plan de acción que descansa en algunos aspectos fundamentales”.

“Lo primero, ha sido lograr que nuestra población dominicana radicada en México establezca un inmediato contacto con nosotros y se sienta respaldada por su embajada… Mis primeras palabras hacia ellos a través de las redes sociales, me salieron desde lo más profundo de mi alma…

En segundo lugar, trasladamos nuestra sede a una casa más abierta e iluminada, y designamos un espacio solo para que nuestros artistas plásticos radicados en este país puedan exhibir sus obras…. Un tercer esfuerzo ya logrado, ha sido el implementar el Programa Embajada Verde, buscando minimizar nuestra huella ambiental a través de medidas sencillas en nuestras operaciones…”.

“¿Y qué vas a hacer con la falta de información sobre nuestro país y los servicios de nuestra embajada?” –cuestiona ansioso Herminio-… “En dos meses ya hemos logrado desarrollar un nuevo sitio en Internet, muy profesional y cargado de información acerca de nuestro país, con una biblioteca virtual de obras dominicanas…

Este cuarto esfuerzo incluirá muy pronto –exclama con alegría-, una herramienta de inteligencia comercial para facilitar a nuestros exportadores identificar pares de negocio y oportunidades para sus productos en el mercado mexicano… Hace unos días llevamos a cabo una cata de ron, cigarros y chocolate, así como un ciclo de películas de producción dominicana en la televisión local…

Un quinto empuje lo hemos logrado al iniciar nuestro Plan de Diplomacia Comercial, a través de una conferencia junto al Instituto OMG en el país y ahora, en marzo junto a CABIMEX-RD y Prodominicana, una primera Ronda de Negocios virtual ‘México-República Dominicana’”.

“Todo lo anterior –exclama orgullosa nuestra flamante embajadora-, se resume en cuatro valores que nos norman: ¡Lealtad, eficacia, transparencia y solidaridad!, regidos por cuatro ejes estratégicos: promoción del desarrollo económico y social de nuestro país a través del comercio exterior, dinamizar la relación política bilateral, dar protección a los dominicanos en México y fomentar nuestra cultura e identidad, y posicionar a la República Dominicana en la mente de los mexicanos”.

“Este empeño –sentencia Píndaro-, se logra gracias al trabajo de un equipo humano dentro de la embajada, enfocado en el éxito… Para Maisa, ‘dominicano’ es parte de una identidad, una forma de ver la vida, una palabra que despierta el sentido de pertenencia y orgullo!”.

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