Al participar en un evento sobre diplomacia energética celebrado en la Cancillería, el conferencista resaltó que la baja que hay actualmente en los precios del petróleo es de carácter circunstancial y transitoria. Y obedece más que nada al interés de los Estados Unidos en frenar las ganancias de los grupos terroristas vinculados al Estado Islámico productor de petróleo.
Pero lo más importante es que, mientras los países en desarrollo tienen una reserva petrolera, en la República Dominicana vivimos a expensas de lo que pase en Venezuela y en los países productores de petróleo en el Medio Oriente. La gran mayoría de la demanda de energía dominicana se realiza en base al petróleo.
Y el país depende en gran manera de Venezuela y de Petrocaribe en cuanto a suministro y al financiamiento del petróleo. De ahí la necesidad de adoptar una diplomacia que considere una seguridad energética.
Pero esa seguridad energética y esa diplomacia deben actuar de manera coordinada a nivel institucional. Y es un buen momento en que se analiza y evalúa un relanzamiento de la política exterior y de la propia Cancillería.
A mi modo de ver, resulta paradójico que al tiempo que en el país se promueve la instalación de plantas de generación en base a carbón, se realicen gestiones ministeriales y diplomáticas en Colombia (un gran exportador) buscando una alternativa al carbón.
La diplomacia debería estar en consonancia con los planes del Estado y de sus instituciones. Lo ideal es que ubiquen precios y unas líneas de crédito accesibles para asegurar el abastecimiento de esas plantas de generación, y no propiciar la discontinuidad del carbón en la matriz de generación del país.
Quedó demostrado en el evento que menciono que el país no puede depender de los vaivenes internacionales en materia petrolera. La nación debe disponer de una visión a largo plazo y de una estructura de almacenamiento y de refinanciación del petróleo para abastecer el consumo y la generación de energía.
Al día siguiente, participé en un foro en FUNGLODE con el secretario general de la UNCTAD, en donde se destacó la existencia de fondos internacionales a los que se puede tener acceso para realizar inversiones en los países en desarrollo, no a manera de endeudamiento, sino de inversión.
El ex presidente Leonel Fernández tomó la palabra del Secretario General de la UNCTAD en el sentido que hay cerca de 43 trillones de dólares en fondos de pensiones que se podrían utilizar, si se hace una gerencia diplomática de lobby.
El secretario general de la UNCTAD consideró viable e importante la incorporación del sector privado en aéreas de desarrollo que puedan ser útiles a las economías en desarrollo.
El área energética, sin dudas, ofrece importantes incentivos que pueden ser útiles para abaratar los costos de generación, cambiar la matriz, para depender menos de un solo país o de una fuente de abastecimiento, y para disponer de una reserva energética apropiada.