Diplomacia imaginaria

Diplomacia imaginaria

Soñé que el canciller dominicano estuvo reunido con los embajadores de los EUA, Francia y Canadá, para tratar políticas comerciales, turísticas, migratorias. El canciller dominicano se levantó de su asiento en el Gran Salón de Conferencias y dijo: Excelentísimos señores, al consejo consultivo de relaciones exteriores de la RD le gustaría firmar con sus respectivos gobiernos, un contrato sinalagmático. -¿Qué quiere decir exactamente el señor canciller con eso de contrato? ¿Se trata de un acuerdo bilateral? preguntó el embajador norteamericano. -Excelencia, quiere decir que unas condiciones las ponen ustedes y otras las ponemos nosotros. Estamos interesados en que nos orinen los pies con chorros urinarios de sus tres países.
El embajador de Francia, con suma cortesía, sonrisa amable e inclinación de cabeza, dijo: señor canciller, podría usted explicar con más detalles el asunto de los “chorros urinarios”. En toda mi carrera diplomática en los países subdesarrollados, es la primera vez que escucho una proposición así. El canciller se quitó las gafas y contestó: Excelencia, el consejo consultivo plenipotenciario, fue apoderado también de los asuntos fronterizos e interantillanos; estima necesario establecer un protocolo nuevo y otra nomenclatura para este ministerio. Recomendó que no debían sus respectivos países orinarnos en los ojos; que era preferible que lo hicieran en los pies. Es un acuerdo “en relación con la zona orinada”.
El embajador canadiense miró de soslayo al embajador francés y de frente al norteamericano, antes de decir: ¿Señor canciller, qué motivaciones tiene el consejo consultivo para recomendar estas nuevas políticas? ¿Es impropio o indiscreto preguntarlo? -Señor Embajador, según parece, el consejo consideró que orinarnos en los ojos podría causarnos conjuntivitis; en cambio, en los pies, el ácido úrico nos ablandaría los callos y mejoraría la marcha de nuestras relaciones con la vecina República de Haití.
-Confidencialmente, de manera oficiosa, puedo decirle que un brujo haitiano explicó a nuestro embajador en Puerto Príncipe que la orina combinada de EUA, Francia y Canadá, estaba abriendo el camino de los haitianos hacia la RD con sólo exclamar: “Papá Legba, ouvrir barriere pour moi passer”. Esa divinidad, junto a la orina extranjera, abre puertas en la frontera dominico-haitiana. El nuevo contrato va dirigido a mejorar, tanto la visión como la locomoción.

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