BEIRUT (AP).- Los esfuerzos diplomáticos por poner fin a la crisis en el Líbano parecían estancados ayer, martes, mientras aviones israelíes atacaron una base militar en las afueras de Beirut en una nueva ola de bombardeos que causaron por lo menos 17 muertos y Jezbolá disparó más cohetes que provocaron una muerte en Israel.

La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice dijo que un cese de fuego tendría que basarse en cambios fundamentales que tuvieran consecuencias perdurables.

«Todos queremos que cese la violencia. Todos queremos la protección de los civiles. Debemos asegurarnos de que lo que hagamos sea de valor perdurable’’.

Pero Rice dijo que debe existir un «ambiente que conduzca’’ a un cede de fuego. Esto implicaría la aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y el envío del ejército libanés a la frontera, además de una fuerte operación de paz.

Las autoridades israelíes advirtieron que las operaciones militares durarían varias semanas y posiblemente participarían grandes contingentes terrestres, lo cual ponía en duda la eficacia de los esfuerzos diplomáticos para negociar un alto el fuego.

El primer ministro Ehud Olmert dijo a una delegación de la ONU en Jerusalén que «Israel seguirá combatiendo a Jezbolá y seguirá atacando blancos del grupo hasta que libere a los soldados capturados y los ciudadanos israelíes estén a salvo de los ataques.

La canciller Tzipi Livni dijo que los esfuerzos diplomáticos continuarán, pero que no habría cese de fuego hasta la devolución de los tres soldados y el despliegue de fuerzas libanesas en la frontera común con garantías de desarmar a Jezbolá.

Las declaraciones de Livni, luego de una reunión con delegados de la ONU que recorren la región, fueron el primer indicio que las dos partes realizaban un esfuerzo serio para poner fin al bombardeo israelí del Líbano y los ataques de Jezbolá a Israel, que han dejado hasta ahora un balance de 227 muertos en el Líbano y 25 en Israel.

Pero el mayor general Udi Adam, jefe del comando norte del ejército israelí, dijo que la ofensiva contra Jezbolá continuaría.

«Creo que debemos suponer que tomará varias semanas más’’, dijo a la Radio del Ejército.  Los reclamos de una fuerza estabilizadora internacional parecían ganar impulso.

En Bruselas, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió que se instale una poderosa fuerza internacional en el Líbano para poner fin a «los combates y las matanzas’’ en el Medio Oriente.

Annan subrayó que la nueva fuerza debería ser más grande y fuerte que la fuerza de paz de la ONU instalada desde hace décadas en el Líbano, que actualmente tiene unos 2.000 efectivos y que todas las partes en el conflicto consideran ineficaz y carente de un mandato fuerte.

«Es urgente que la comunidad internacional actúe para hacer sentir su presencia en el terreno’’, dijo Annan.