El diputado Fidelio Despradel, de Alianza País, calificó ayer como una «inmoralidad» las exoneraciones que reciben los legisladores para traer vehículos libres de impuestos.
Por eso apeló a sus homólogos y les pidió que renuncien a ese privilegio, pues deberían atenerse al sueldo que reciben.
El legislador recordó la carta que le envió a la expresidenta de la cámara baja, Lucía Medina, en la que rechazó las exoneraciones que le correspondían.
La misiva está fechada a 7 de diciembre de 2016, y en ella también renunció a “cualquier otro beneficio monetario o en especie, contrario a las funciones legislativas”.
Su criterio es que los legisladores son retribuidos por la labor que realizan, y por tanto no deberían tener otros privilegios.
No solo eso: Despradel percibe las necesidades sociales del país, e implora más apoyo a la educación, salud, agua potable y viviendas.
Debido a esas necesidades, el congresista quiere que los privilegios legislativos sean abolidos y que lo ahorrado sea destinado a la inversión social.
La gestión legislativa es para él una muestra del patriotismo que debería animar a los congresistas como representantes del pueblo.
A propósito, se recuerda que el Presupuesto General del Estado contempla para el 2018 un tope de US$100 mil a las exoneraciones de los legisladores.
Esto ha provocado que algunos congresistas eleven sus quejas, por estimar que la medida restringe su privilegio. A los legisladores les corresponden dos exoneraciones para traer vehículos sin pagar aranceles.
Otros sectores, en cambio, opinan que esas prerrogativas deberían ser abolidas. Así le parece a Finjus y a otras entidades.