BUENOS AIRES. Luego de años de lucha de grupos políticos y sociales, la legalización del aborto en Argentina pareciera no afrontar tantos obstáculos para convertirse en realidad.
Así lo sienten los 71 diputados de distintos partidos que el martes presentaron el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, una iniciativa que en otras seis ocasiones no prosperó en el Congreso argentino y que esta vez logra su mayor adhesión.
En los últimos años se frustró en varias ocasiones el debate en instancias previas a su llegada al pleno del recinto por falta de un apoyo mayoritario.
La diputada izquierdista Victoria Donda dijo que existe la sensación compartida de que esta vez el proyecto va a llegar al pleno de la cámara baja para ser votado al presentar la iniciativa en un anexo repleto de legisladoras que llevaban un pañuelo verde anudado al cuello, representativo de los defensores del derecho al aborto.
En la actualidad, la legislación argentina lo permite en casos de violación o peligro para la vida o la salud de la mujer gestante. No obstante, según agrupaciones pro abortistas, muchos hospitales públicos no realizan la práctica en los casos no penados por la ley.
El debate se instaló con más fuerza que nunca en el Parlamento luego de que en los últimos años el reclamo cobró impulso en círculos políticos y sociales.
El propio presidente argentino Mauricio Macri, que no apoya el aborto, instó días atrás a los legisladores a debatir libremente su legalización.
Donda, del partido Libres del Sur, está entre los 71 diputados oficialistas y opositores firmantes de la iniciativa que señala que “en el ejercicio del derecho humano a la salud, toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional”.