POR LEONORA RAMIREZ S.
Si por el tiempo que duraron las deliberaciones en la Cámara de Diputados se trata, la sesión de ayer fue productiva por las reiteraciones, las arengas políticas, los cuestionamientos al gobierno y hasta las burlas a los nombramientos de cómicos, chefs, artistas y gente de la lucha libre en diferentes áreas de la administración pública.
El recurso fue efectivo para la oposición, ya que se dejaron sobre la mesa los dos proyectos de mayor interés para el gobierno: el presupuesto complementario ascendente a RD$11,000 millones, y el préstamo de US$25,000,000 destinado a programas educativos y al desarrollo de la población joven.
Cristian Paredes, vocero del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), supeditó la aprobación al préstamo a que el gobierno le de un tope a su política de endeudamiento, y a que mantenga el acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Rogelio Genao, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), manifestó que los legisladores de su partido han sido instruidos para que no aprueben más prestamos, aunque provengan de organismos internacionales o beneficien a la juventud.
Esa es su posición, a menos que el gobierno le ponga un techo al endeudamiento público, y defina si seguirá con el acuerdo con el FMI.
De hecho, en la mañana se presentó al hemiciclo Federico Antún Batlle, presidente del PRSC, quien le recomendó a sus colegas que no le den el visto bueno a proyectos que incrementen el endeudamiento del país. La discusión tomó un giro más político cuando el diputado Angel Acosta, del movimiento Dominicanos por el Cambio -que promueve a Eduardo Estrella-, manifestó que aunque no aprobaría el préstamo, el PRD es un partido que no tiene ofertas para la juventud.
Pelegrín Castillo, de la Fuerza Nacional Progesista (FNP), fue la voz disidente más resaltante, porque se opuso a los dos proyectos sometidos por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), su aliado político desde 1996.
Al resaltar que está preocupado por el endeudamiento externo, dijo que el empréstito no se corresponde con una política de nacionalización de empleos, los que a su juicio tienen el tinte de la mano de obra extranjera, sobre todo la haitiana.
LEGISLADORES INDIVIDUALISTAS
El diputado Rafael Molina Lluberes, de Dominicanos por el Cambio, hizo un mea culpa sobre la mala percepción que tiene la gente de los diputados, y explicó que los catalogan de «plebes de barrio» cuando los peledeístas y perredeístas se enfrascan en agrias discusiones.
«El Congreso se está desacreditando y ojalá que este Congreso no termine como una cloaca. No hay solidaridad, no nos escuchamos, cada cual vive en un mundo a parte, así no vamos a terminar bien, por suerte este es mi ultimo periodo».
Pero el turno pedido por éste tuvo otra intención: denunciar que en la Secretaria de Relaciones Exteriores la nómina es excesiva, inclusive con más empleados que la Secretaría de Obras Públicas.
Será que la Cancillería se ha convertido en un mercado persa, se preguntó el legislador al destacar que cuando se creó esa entidad había ocho ministros consejeros y ahora hay 90.
Consideró que es injustificable que hayan 116 embajadores adscritos y ocho subsecretarios.